La tensión en Ucrania se intensifica luego de que las autoridades confirmaran que Rusia ha acumulado misiles balísticos y de crucero para un ataque masivo. Este anuncio llega tras un reciente bombardeo ruso que empleó 120 misiles y 90 drones contra infraestructuras críticas, especialmente el sistema eléctrico del país.
El jefe del Centro contra la Desinformación del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional de Ucrania, Andrí Kovalenko, afirmó que Rusia lleva meses acumulando armas para ejecutar una ofensiva masiva. Entre los misiles preparados destacan los Kh-101, Kalibr y varios modelos balísticos. Además, señaló que las fuerzas rusas han dispuesto aviones y barcos para coordinar un posible ataque de gran escala.
«Ya se había informado de esto antes, pero los rusos están claramente intensificando sus acciones», indicó Kovalenko a través de sus redes sociales.
La embajada de Estados Unidos en Kiev anunció su cierre temporal como medida de precaución ante la amenaza de un ataque aéreo significativo, programado posiblemente para el 20 de noviembre. En un comunicado dirigido a los ciudadanos estadounidenses, la legación diplomática instó a extremar las precauciones y permanecer en refugios seguros.
Por su parte, la embajada de España también suspendió sus servicios presenciales debido al “riesgo elevado de ataques aéreos en toda Ucrania”. Aunque cerró sus puertas al público, continuará ofreciendo asistencia a través de medios electrónicos.
En respuesta a las agresiones rusas, Ucrania utilizó por primera vez los misiles balísticos ATACMS proporcionados por Estados Unidos. Según informes, estos fueron empleados para atacar objetivos militares dentro del territorio ruso, marcando una escalada significativa en el conflicto. Este movimiento contó con el respaldo de la Casa Blanca, que autorizó el uso de estas armas contra Rusia.
Los recientes bombardeos han causado daños severos a la infraestructura eléctrica de Ucrania, dejando a miles de ciudadanos sin acceso a servicios básicos. Las autoridades han instado a la población a prepararse para nuevos ataques, mientras los esfuerzos por reparar las redes eléctricas avanzan lentamente.
