La terquedad de Sasha, quien desde el jueves rondaba con insistencia alrededor de una enorme roca de más de 20 toneladas, llamó la atención de sus guías caninos, Héctor Antonio García Rinco y Yovany Vélez Valencia.
La señal de Sasha fue clara. Debajo de la roca había un cuerpo.
Dada la certeza de que no había sobrevivientes en la zona, los expertos, utilizando tecnología avanzada, perforaron la masa, generando una enorme grieta. Unos metros más abajo de la base rota encontraron el cuerpo sin vida del joven, a cinco metros de donde fue hallado el cuerpo de su madre.
Las labores de búsqueda realizadas por estos cánidos permitieron dar con varios de los desaparecidos y así ayudar a sus familiares, tras el desastre natural provocado por las lluvias que arrancaron un trozo de la montaña que sepultó varias casas ubicadas a orillas del Otún. río, en el barrio de La Esneda, dejando a su paso 17 muertos.
Los perros de la fiscalía hablan con resultado.
CLCG/MAGA/MG