El efecto de la inflación viene afectando al sector agropecuario en materia de alimentos.
Jorge Bedoya, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), en entrevista con Portafolio explicó las causas de este fenómeno, la necesidad de los insumos y las propuestas para mitigar los impactos.
(Vea: Agricultura sigue en vilo ante la escasez de los fertilizantes).
¿Qué provoca la inflación de alimentos?
La tormenta perfecta del agro viene dada por la volatilidad de los precios en dólares de los insumos, la tasa de cambio, el costo del crédito y el clima. Eso afecta el costo de producir comida y se ha manifestado en reducciones de áreas sembradas. Como hay una demanda creciente, porque la economía evidentemente se reactivó, hay una oferta con mayores costos y en algunos productos restringida.
¿Qué insumos se utilizan?
Para que Colombia produzca las 73 millones de toneladas de alimentos que se calculan hoy, necesita al menos 2 millones de toneladas de fertilizantes, 5 millones de toneladas de maíz amarillo. Además, se requieren 2 millones de toneladas de fríjol soya y torta de soya para el alimento concentrado de la proteína origen animal. Insumos como el trigo o la cebada para la cerveza son un 1,9 millones de toneladas.
Para cultivos de ciclo corto, los fertilizantes pueden pesar entre 30% y 40% del total del costo de producción de una hectárea o de un kilo del producto. Materias primas como maíz, fríjol soya y torta de soya puede llegar a pesar hasta el 75% del costo de producir un huevo, un kilo de pollo o un kilo de cerdo.
Tenemos una matriz demasiado compleja, el productor necesita más caja para poder producir, necesita endeudarse y como el Banco de la República subió 10 veces las tasas de interés a lo largo del año, el costo del crédito aumentó para los agricultores. Las lluvias generaron saturación de suelos en algunos casos, que reducen la productividad o que obligan, porque aparecen enfermedades, a utilizar más agroinsumos.
¿Y el uso de las semillas?
Puede haber es una perfecta cohabitación entre las ancestrales y mejoradas. Colombia es un país que tiene una condición tropical y estamos expuestos a plagas y enfermedades. Por eso se necesitan semillas mejoradas que tengan resistencia, pero también, que sean más productivas. Ahí el paquete tecnológico juega un factor fundamental.
(Vea: Consolidando el papel de la agricultura hacia la COP28).
¿Es momento de regular los precios?
El control de precios en los alimentos genera más inflación. Lo que se necesita es que la producción sea rentable. Si hay señales de políticas públicas claras, de estabilidad de una economía de mercado, evidentemente va a haber un incentivo a la producción.
Cuando se controlan precios, si están por debajo del costo de producción ¿quién va a producir?. Si el precio está por debajo de lo que la demanda mueve, genera mercados paralelos.
Lo que se debe pensar es cómo buscar una reducción de costos, generar condiciones de estabilidad jurídica para que el pequeño, mediano y gran productor, puedan producir.
¿Y la libertad vigilada?
Sirve para identificar si hay fenómenos especulativos en los procesos de producción y comercialización de insumos. También lo hemos dicho desde la SAC, se puede utilizar para ver si hay procesos de especulación en plazas mayoristas, en tiendas de barrio y demás.
(Vea: Campesinos tendrán prioridad en acceso a créditos agropecuarios).
¿Se podría reducir el consumo con los casos de influenza aviar?
Científicamente está comprobado que no es algo que deba generar preocupación al consumo. Algo que sí puede pasar es que se afecte la producción, pero hay que resaltar que el ICA, Fenavi y los productores han hecho un esfuerzo fabuloso para contener eso.
(Vea: Sellan alianza agropecuaria entre Colombia y Venezuela).
¿El caso de Nariño puede generar presiones inflacionarias?
Indiscutiblemente y ya se está viendo. Hoy no llega todo lo que llegaba, la demanda se mantiene y suben los precios. Ya se ven algunos productos impactados. En la medida en que esto siga, el mayor costo de transporte, que no esté habilitada la vía principal y que no puedan pasar tractomulas por las vías alternas, generan un fenómeno acumulativo.
¿Y las carreteras?
Debe haber una decisión estratégica en el Plan Nacional de Desarrollo. Por qué no se toma una decisión de recursos nacionales y de regalías, para que se invierta en proyectos de infraestructura vial que beneficien no solo al sector agro. No es solo tener vías principales en buen estado ni construir más vías terciarias, sino las vías alternas. Es la oportunidad para que gobernadores, alcaldes y el Gobierno piensen qué hacer.
DIANA K. RODRÍGUEZ T.
PERIODISTA PORTAFOLIO