La probabilidad del 80% de que el fenómeno de La Niña llegue a Colombia tiene en constante alerta al sector agricultor, por la amenazas que este tipo de eventos climáticos presenta para la productividad del país.
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Un alza en la inflación de alimentos, muerte en animales y pérdida de las cosechas, son algunos de los retos a los que este renglón se tendrá que enfrentar, aunque de acuerdo con los líderes de los cultivos, ya hay tareas que se vienen adelantando para mitigar el impacto.
Colombia al tener una ubicación geográfica en zona tropical está expuesto a la variabilidad climática, que de ella el país ha tenido la oportunidad de aprender, pues no se puede olvidar que la nación se enfrentó a casi tres años seguidos de lluvias que llevaron, en gran parte, a un tope la inflación de alimentos.
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Ahora, con una temporada de lluvias amenazante los sectores del agro están trabajando en estrategias de mitigación, aunque son enfáticos en decir que se necesitan más políticas públicas y programas por parte del Gobierno para enfrentar cualquier tipo de evento.
De acuerdo con Jorge Bedoya, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), la preocupación por el aumento de la precipitaciones en los más de 1.000 municipios que se encuentran en riesgo es clara, teniendo en cuenta que del pasado verano se presentaron algunas afectaciones, pero las lluvias pueden ser más desafiantes.
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Como preparación para enfrentar el evento meteorológico, Bedoya insiste en que es necesario que el Gobierno de acciones claras, especialmente en el aseguramiento agropecuario para pequeños, medianos y grandes productores a través de alivios en materia de crédito.
Fenómeno de La Niña
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“Si bien hay una política general, existen cosas que todavía faltan. Ese es un reto también que le va a tocar a la nueva ministra de Agricultura. Ojalá las lluvias no sean como aparentemente pudieran llegar a ser porque eso también puede tener repercusiones complicando el panorama en materia inflacionaria”, aseguró.
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Frente a la situación del crédito y el aseguramiento, Portafolio consultó al Fondo para el Financiamiento del Sector Agropecuario (Finagro), quienes aseguraron que en colaboración con la Comisión Nacional de Crédito Agropecuario y el Ministerio se establecieron recursos por casi $18.000 millones para subsidiar pólizas de seguro agropecuario de cara a hacerle frente a fenómenos como el de La Niña.
Sin embargo, la semana pasada la disponibilidad de esos recursos se agotó, por lo que la entidad ya está en conversaciones con el Gobierno para establecer nuevos montos y continuar subsidiando los seguros, que por ejemplo, para los pequeños productores de ingresos bajos entrega una prima de hasta el 95%.
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Cabe destacar que la saliente ministra de Agricultura, Jhenifer Mojica, presentó un plan de inversión económica y de adaptación a las situaciones climáticas en la ruralidad del país, y que contará con una bolsa de $2,6 billones.
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En conversación con los diferentes sectores del agro, como el de los bananeros, estos vienen activando los planes de contingencia de acción climática a través de la inversión. Según Emerson Aguirre, presidente de la Asociación de Bananeros de Colombia (Augura), se destinaron $2.000 millones en materia de dragado dentro de los cultivos, la limpieza de manera manual de los ríos y afluentes en la zona de Urabá, con el fin de evitar posibles inundaciones.
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“Hacemos un llamado al Gobierno urgente. Se necesita el subsidio al seguro agropecuario para el pequeño, mediano y grande productor, de esta manera no solo se protegen las exportaciones, sino el empleo que produce nuestra actividad”, dijo el líder gremial.
Por su parte, José Francisco Zuñiga, presidente de la Asociación de Bananeros del Magdalena y La Guajira (Asbama), aseguró que teniendo sobre la mesa el escenario de lluvias y las características de la planta de banano, están participando de instancias como las Mesas Técnicas Agroclimáticas y el Comité de la SAC con el Ideam, para incidir en medidas directas en los predios que minimicen los efectos adversos de la temporada.
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“Esto sumado a un sistema de información oportuno para que los productores tengan capacidad de reacción. Además, se le está solicitando a las autoridades locales y a las CAR, que realicen las obras necesarias en las rondas de los ríos para evitar afectaciones a las comunidades”, agregó.
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Llevando la mirada hacia uno de los cultivos que más se está destacando en materia de exportaciones, el aguacate, la directora de Corpohass, Katheryn Mejía, detalló que el principal impacto que tiene este fenómeno climático sobre este sector es la disminución del volúmen de producción.
En ese sentido, las preparaciones están basadas en las técnicas de cultivo para drenar el agua, que no solo pueden afectar el árbol, sino la producción misma. “Eso no lo sabíamos hace dos años cuando tuvimos el primer fenómeno de La Niña en el país y hace parte de esos aprendizajes que se han ido acumulando en un sector que es relativamente joven en Colombia”, señaló.
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Para los cañeros, la situación tampoco es ajena, pues solo por las lluvias la producción del Ingenio Providencia de ha disminuido por cuenta de las lluvias entre junio y julio un total de 5.000 toneladas de azúcar.
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Según Ivan Alberto Posse, gerente comercial, los fenómenos climáticos afectan la operación, ya que estos hacen que haya abundante agua en los cultivos, “sin tener el sol suficiente para evaporar, ni la planta tiene la capacidad de absorber”.
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Mientras tanto, desde el sector de las frutas y las hortalizas se han implementado modelos de producción usando mecanismos agroecológicos donde se interviene la recuperación del suelo (ciclo del carbono, nitrógeno y agua), ciclos olvidados en la agricultura convencional, lo mismo que la fotosíntesis.
Así, Álvaro Palacio, gerente general de Asohofrucol dijo que “los fenómenos van afectar la producción de frutas y hortalizas, y solo se puede mitigar en los cultivos que se encuentren en suelos sanos y fértiles. No hay otro camino, respetar los ciclos de la naturaleza, para restablecer el orden natural de la vida”.
Finalmente, desde el sector de los granos, el gerente general de Fenalce, Henry Vanegas, insistió en que la agricultura climáticamente inteligente es una herramienta para enfrentar de mejor forma los desafíos de La Niña en cultivos como fríjol, maíz y soya, entre otros.
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“El exceso de lluvias que trae el fenómeno de La Niña puede afectar desde la siembra hasta el almacenamiento de los granos, genera riesgos de encharcamientos, erosión del suelo y enfermedades de las plantas, por lo cual se requiere de una planificación adecuada para el manejo de los cultivos, según la fase en la que se encuentren”, concluyó.