Al joven que está a punto de caer en la droga o al que está siendo tentado por el mundo criminal tenemos que tenderle la mano. A las mafias criminales que los amenazan y los inducen al mal, por el contrario, les debemos aplicar mando dura sin contemplaciones.
Para ello, hay que sumar voluntades. Hombres y mujeres de Buenaventura debemos estar unidos alrededor de esta causa: la de derrotar al miedo.
Mientras los comerciantes tengan temor de abrir sus negocios, a causa de las bandas criminales, no podremos generar el trabajo de calidad que necesitamos para progresar.
Los hijos y las hijas de Buenaventura tenemos que ser implacables con el delito, pero al tiempo requerimos un corazón grande, para rescatar a las nuevas generaciones de la drogadicción, el microtráfico y el pandillismo.
Yo voy a luchar por Buenaventura con la mirada de una mujer, de una madre, de una hija: derrotando a la delincuencia damos un paso hacia el desarrollo y la productividad y nos alejamos del embarazo adolescente y de la explotación sexual. La seguridad es el primer paso hacia la educación, el trabajo y el emprendimiento.
¡Somos una raza digna! Como su alcaldesa exigiré, nunca suplicaré. Nuestro Presidente debe cumplirnos con el aumento del pie de fuerza y debe apoyarnos en la lucha inteligente, tecnológica y digital contra el crimen. ¡Salvar a nuestro territorio de los crímenes exige más que cámaras de seguridad! Como primera autoridad distrital sobre la Policía, trabajaré desde las calles, sin aire acondicionado y hablando duro.
Para que las inversiones que se quedan en Bogotá o en Cali lleguen a Buenaventura, necesitamos Seguridad Democrática en nuestras calles y campos, eso se lo aprendimos a nuestro expresidente Álvaro Uribe.
A las ratas hay que derrotarlas con el ejercicio de la ley. Hay que exterminarlas con seguridad, autoridad y determinación. Solo así salvaremos a nuestras familias del mal: destruyendo sin contemplaciones a las estructuras criminales.
Los consejos de seguridad quincenales serán un símbolo ciudadano: un símbolo de la luz que llevaremos a las calles. Y no hablo solo de la iluminación que debe hacer nuestras noches más seguras, hablo de la luz que brindan una mano firme y un corazón grande. ¡Palabra de mujer bonaverense!
