La atleta sudafricana Caster Semenya, que no puede participar en las competiciones en ciertas distancias por negarse a seguir un tratamiento que baje su tasa de testosterona, se plantea recurrir ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, afirmó su abogado a la AFP.
«Está dispuesta a seguir luchando», aseguró Gregory Nott, precisando que un equipo de juristas está preparando el eventual recurso, que todavía podría llevar «unos meses» antes de estar terminado. La deportista de 29 años presenta un exceso natural de hormonas sexuales masculinas.
Desde hace más de una década su caso genera controversia con la Federación Internacional de Atletismo (exIaaf).
Le puede interesar: (¡Genial! Daniel Galán avanza en Roland Garros y va contra Djokovic).
La Federación, apoyándose en datos de expertos, definió en abril de 2018 un umbral máximo de testosterona (5 nmol/l de sangre), para que las mujeres pudieran participar en las carreras entre los 400 metros y la milla (1.609 metros). Ello incluye los 800 metros, la prueba estrella de la sudafricana.
La doble campeona olímpica perdió varios recursos. El Tribunal Supremo suizo confirmó en agosto, apelando a la «equidad deportiva», la decisión del pasado año del Tribunal Arbitral del Deporte (TAS), validando el reglamento de la World Athletics, en el que se define ese umbral máximo de testosterona.
«Como siempre pasa con Caster, se ha tomado el asunto con determinación», afirmó el abogado en su entrevista con la AFP.
Cuando el dosier para el Tribunal Europeo de Derechos Humanos esté listo, Semenya decidirá si quiere o no presentarlo. «Somos el caballo y ella el jockey. Es ella la que decide», afirma el abogado, que la defiende desde que su caso estalló mediáticamente durante el Mundial de Berlín en 2009.
También lea: (La ‘Jamesmanía’ que con Everton conquista la tierra del Liverpool).
Fue en la capital alemana, una hora antes de la final de 800 metros, cuando Semenya conoció la noticia de que la Iaaf iba a investigar sobre su género sexual. La joven, que tenía entonces 18 años, tuvo que vivir después once meses sin competición, a la espera de los resultados de la investigación.
«Su causa importa mucho, no solo a ella, sino a otras atletas como ella», destacó el abogado. Caster Semenya creció como una niña y se identifica como mujer, pero la World Athletics estima que las corredoras con atributos masculinos generan un problema en lo que respecta a la equidad deportiva.
«Siempre nos aseguramos de que nuestras reglas son legales y legítimas (…) y que son un medio proporcional para asegurar los derechos de todas las mujeres atletas para participar en carreras según términos justos y equitativos», explica World Athletics en un comunicado.
Para Gregory Nott, las decisiones de la justicia contra Caster Semenya van en contra de la tendencia de los tiempos, en la que grupos tradicionalmente marginados reclaman un mayor reconocimiento.
«Estos tribunales están impregnados de una manera de pensar tradicional, conservadora», dice, subrayando que los apoyos a la atleta han ido creciendo en los últimos años. A la espera de lo que ocurra en el futuro, Caster Semenya se entrena por si pudiera llegar a participar en los Juegos Olímpicos de Tokio en 2021.
En febrero se levantaba al alba para salir a correr en las calles congeladas de Lausana antes de las audiencias en Suiza, cuenta el abogado con una sonrisa.
«No pierde nada de su combatividad», dice para explicar cómo Semenya no renuncia a los Juegos Olímpicos. Antes del aplazamiento de la cita olímpica de 2020 a 2021 por la pandemia del nuevo coronavirus, Semenya había decidido pasar a competir en 200 metros. Pero por ahora no ha decidido en qué prueba intentará competir en Tokio en 2021.
AFP