La Asociación Colombiana de Semillas y Biotecnología (Acosemillas) realizó un llamado a los productores agrícolas para adoptar el uso de semillas mejoradas con el objetivo de mitigar los riesgos derivados de la variabilidad climática.
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Estas semillas, desarrolladas mediante biotecnología, han demostrado ser una herramienta eficaz para aumentar la resiliencia de los cultivos frente a condiciones climáticas adversas, mejorar su productividad y contribuir a la seguridad alimentaria.
Leonardo Ariza Ramírez, gerente general de Acosemillas, destacó que algunas de estas semillas están diseñadas para resistir plagas, enfermedades y adaptarse mejor a condiciones de estrés ambiental.
Esto no solo permite a los agricultores mantener rendimientos en escenarios desafiantes, sino que en ciertos casos también reduce el uso de productos químicos, fomentando prácticas agrícolas más sostenibles.
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El fenómeno de La Niña, caracterizado por temperaturas del mar más frías en el Pacífico ecuatorial, ha generado impactos significativos en cultivos esenciales como arroz, maíz, papa, soya y sorgo.
La Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (Upra) informó en un boletín que diciembre es un mes de transición entre temporadas de lluvia y sequía en regiones como la Andina, Caribe y Orinoquía.
Sin embargo, el posible efecto de La Niña podría retrasar esta transición, extendiendo las lluvias.
Se prevé que enero y febrero, usualmente meses secos, registren precipitaciones mayores en las regiones Andina y Pacífica, mientras que marzo podría experimentar un aumento en las lluvias, afectando la transición hacia la temporada seca.
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Alfonso Triana, profesional de la Upra, señaló que aunque las lluvias podrían prolongarse, esto no elimina la posibilidad de déficits hídricos agrícolas en diversas zonas del país, complicando aún más las condiciones para los agricultores.
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Acosemillas, junto con sus afiliados, lleva años promoviendo la investigación y desarrollo de semillas mejoradas para ofrecer productos de calidad certificada que fortalezcan la seguridad alimentaria global. Según Ariza, estas iniciativas requieren combinar las semillas con prácticas agronómicas adecuadas para maximizar sus beneficios.
Enfatizó la necesidad de políticas públicas que promuevan el acceso a estas semillas registradas por el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), mediante incentivos como créditos diferenciados, seguros agrícolas y asistencia técnica.
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Ariza también subrayó la importancia de capacitar a los productores en prácticas culturales y agronómicas adaptadas a las condiciones locales, en colaboración con entidades como el Sena, universidades y gremios del sector agrícola.
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Según el directivo, estos esfuerzos conjuntos son esenciales para mejorar la calidad de vida de los productores agropecuarios y garantizar un desarrollo sostenible.
La combinación de innovación en semillas, buenas prácticas agrícolas y políticas públicas oportunas es fundamental para construir un sistema agroalimentario resiliente frente a fenómenos climáticos extremos. Según Ariza, estas estrategias son indispensables para garantizar la sostenibilidad y seguridad alimentaria en el país.
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