Home Tecnología Si la tecnología no empodera a los más débiles, es inútil

Si la tecnología no empodera a los más débiles, es inútil

por Redacción BL
0 comentario
Si la tecnología no empodera a los más débiles, es inútil

Politólogo por el CIDE y con estudios de doctorado por la New York University, José Merino es un fiel creyente de que las nuevas tecnologías, como el celular, democratizan la información.

El actual titular de la Agencia Digital de Innovación Pública de Ciudad de México considera que el exceso de información genera mayor complejidad para entender los problemas.

Hoy más que nunca, información es poder.

Sí, también hoy más que nunca, el exceso de información genera mayor complejidad para entender los problemas, y también mayor facilidad para engañar y desviar la atención.

Pero se trata de un poder para quien posee la información: corporaciones o gobiernos. ¿Cómo se horizontaliza este poder para el ciudadano?

En el caso de instituciones de gobierno, como la Agencia Digital, tenemos muchísimas restricciones de ley en el manejo de la información y tenemos mecanismos de rendición de cuentas. Siempre se explicita que la información que se recabe puede ser única y exclusivamente usada para los fines que se publican. En el caso de los privados es un poco más complejo porque, con frecuencia, nosotros mismos como usuarios, aprobamos el acceso e intrusión a nuestros datos, sin que necesariamente sepamos qué estamos autorizando.

Aunque, a pesar de reglas y leyes, no dejan de haber resquicios (lo vimos con el caso Snowden) o tentaciones de meterle mano a los datos personales.

Cuando se masificó el uso de Internet, muchos pensábamos que este iba a ser un mecanismo horizontal de transmisión de información y ejercicio de ciudadanía. Pero lo que aprendimos 10 o 15 años después, es que así como el Internet puede ser usado para horizontalizar, movilizar y encauzar movimientos, también puede ser utilizado para espiar, reprimir y acallar.

Con tanta información, a estas alturas ¿ya se puede trazar un perfil del ciudadano del siglo 21?

Creo que sí. Es un ciudadano mucho más especializado en sus causas. Temas como ingreso, bienestar o acceso a salud, han sido desplazados, sobre todo en democracias industrializadas, por otras agendas como derechos sociales, derechos sexuales, etcétera, y eso ha abierto nichos de movilización política muy especializada. Somos ciudadanos hiperinformados; algunos dirán, menos reflexivos y que el exceso de información ha motivado que tengamos menor capacidad analítica para procesar esta información. No necesariamente comparto eso, pero sí creo que los efectos de la hiperinformación no han sido tan benéficos, como pensábamos quienes éramos muy optimistas.

En paralelo… es que no me atrevo a hablar de una nueva ciudadanía democrática. Las democracias han cambiado radicalmente también y los Estados son entes muy lentos en sus capacidades de adaptación y yo creo que mucho de lo que estamos viendo en términos de desobediencia civil y movimientos sociales, en parte resulta de eso, de la incapacidad de los sistemas políticos para adaptarse.

¿No crees que la hiperinformación también es un mito? Al final, uno se informa de lo que nuestro círculo determina (el famoso algoritmo).

De hecho, es un proceso de dos capas: tienes los mecanismos de transmisión de información de redes sociales no presenciales (una página de internet, Facebook, Youtube, Twitter) y tienes en paralelo tu red física, tu red presencial (amigos, con quienes trabajas, con quienes vas a la escuela) que son dos universos que se tocan permanentemente. Entonces, uno puede ser afectado o modificar su comportamiento, puede hacer propia una idea, puede estar seguro de una información que a lo mejor es falsa, por interpósita persona. O sea, tú vienes y me lo cuentas a mí y tú obtuviste esa información en Facebook, por ejemplo. Y yo ni siquiera sé que esa opinión que me acabo de formar viene de una persona en Facebook, con la cual yo nunca he interactuado.

¿Qué tan lejos o tan cerca está un mexicano de este perfil de ciudadano del siglo 21?

Nada lejos. Las velocidades de adaptación son muy rápidas. Algo que ocurre en un país más avanzado o tecnológicamente más innovador que México, que a ellos les pudo haber tomado cuatro años para llegar a ese momento, usualmente para las economías o países que adoptan, esas brechas se acortan muy rápido.

Doy un ejemplo. Una de las ventajas de la ADIP, irónicamente, es que se había hecho tan poco en esta agenda, que tuvimos la posibilidad de aprender de otras experiencias en el mundo y adaptarlas muy rápido. En un año y medio pasamos, de ser una ciudad que en términos digitales no aparecía en el mapa, a una ciudad que hoy está a la vanguardia en temas de gobierno digital. Y eso, más allá de nuestro trabajo, se debe en gran parte a que pudimos hacer en muy poco tiempo lo que a otras ciudades y otros países les tomó mucho tiempo, porque aprovechamos el trabajo ya hecho en el mundo.

Regresando a la pregunta, creo que la ciudadanía mexicana es una ciudadanía que muy rápido ha hecho uso de nuevas herramientas de interacción con la autoridad. Un buen ejemplo es Twitter; México es uno de los países más intensos en términos del uso político de Twitter.

Sobre todo porque en Twitter, el ciudadano ve una consecuencia inmediata, una presión genera una reacción.

Que además genera coro, eco, en personas que quizá compartan la misma posición pero que de otra forma no hubieran podido encontrarse.

Sin embargo, la tecnología también crea desigualdades; el llamado “analfabetismo digital”

Creo que tendemos a exagerar. Me parece un poco condescendiente la idea de que la capacidad o la sofisticación tecnológica de las personas de la ciudad o del país es mínima. Una de las grandes lecciones desde la ADIP ha sido lo contrario: quienes han hecho un uso más intensivo de muchas de las herramientas que generamos (la app, los sistemas de información, lo que tiene que ver con los trámites) han sido personas que tradicionalmente no hubieras identificado como “early adopter”, gente que adopta tecnologías muy rápido.

El teléfono celular democratiza, acerca

Sin duda. Si un producto público no lo generas en el celular, no existe. Porque el mecanismo de acceso a internet de los deciles de menor ingreso, es el celular. Entonces, en la Agencia, la prioridad siempre es que las cosas funcionen en el celular, siempre, y ya la página es secundaria. La tecnología no está hecha para cerrar brechas. Si la tecnología no empodera a los más débiles, desde el lado del gobierno es una tecnología inútil. Esa es una postura de la Agencia, mía y del gobierno de la Ciudad.

Como herramienta, el big data sirve para tomar decisiones, pero también para hacer prospectiva. ¿Te has asomado, has avizorado qué le espera a esta ciudad en 10, 15 o 20 años?

La verdad, no y no sé si debería. Lo que tengo más o menos claro es qué ciudad, desde el lado de nuestra agenda, queremos entregar en 2024. Y parte de la agenda de 2020 estaba enfocada hacia allá. Hay algunos proyectos que tuvimos que poner un poco de lado, muchos de los temas de conectividad, por ejemplo, van a tener que esperar para el año que entra. Lo que sí se va a anunciar próximamente es un plan mucho más ambicioso de digitalización de servicios.

Si la pandemia obliga al distanciamiento, a estar en casa, tenemos que generar más opciones para simplificar trámites digitales y lo que permite todo esto es una firma electrónica. Muchas de las razones por las que los trámites son presenciales, son porque un servidor público quiere ver la cara de alguien, quiere verificar que tú eres tú. Y ya existen muchos mecanismos de autenticación en línea para garantizar que tú eres tú.

Por ejemplo, cuando haces una transferencia bancaria, te piden una serie de medidas de seguridad para garantizar que tú seas la persona que hace la operación, es exactamente lo mismo. En el caso de la ciudad se llama Llave y tenemos ahorita ya habilitada la llave sencilla. El ciudadano puede entrar a llave.cdmx.gob.mx que le permite hacer algunos trámites, pero muy pronto vamos a lanzar lo que llamamos llave verificada, que tiene mayores mecanismos de seguridad y va a abrir a los ciudadanos una gama muchísimo más amplia de servicios y trámites.

¿Qué ciudad quieres dejar en 2024 en términos de conectividad, reducción de brecha digital, simplificación administrativa, etcétera? ¿Es posible un cien por ciento?

Creo que sí. El nivel de penetración de telefonía celular e internet en la ciudad es amplio. Los 14 mil postes, por ejemplo, del C5 que además proveen internet gratuito, a partir de este año ya tienen 100 megas de velocidad, y es una de las cosas que más intensamente usan las personas. Lo que visualizo es una ciudad en la que los ciudadanos puedan ejercer sus derechos de manera ágil mediante servicios digitales. Ese es el fin, no es el fetiche del celular, no es el engolosinamiento con la tecnología. Es que las personas de la ciudad de México accedan a lo que tienen derecho por ley, en términos de programas para beneficios, trámites, protección, resguardo, evitar abusos, etcétera, de manera ágil.

Esa es la meta central. Porque entre más complejo es un trámite, más espacios deja para corrupción, abusos de autoridad, desgaste y pérdida de oportunidades. Imagínate una madre soltera que vive en Tláhuac y tiene que hacer un trámite que le va a quitar tres días laborales. ¿Qué hace? ¿Deja de trabajar, con quién deja a los niños? Son realmente los costos que un gobierno ineficiente impone a los ciudadanos y son costos reales en salud, dinero, tiempo y calidad de vida. Tenemos que revertir por completo eso.

Para terminar, en poco más de año y medio que tiene de operar la ADIP ¿has medido cómo le ha cambiado la vida al ciudadano?

Tenemos mediciones de uso. La provisión de internet gratuito es un tema importante, somos la segunda ciudad del mundo con más acceso a ese servicio y eso ocurrió en poco más de un año. La atención ciudadana es un tema central y para eso lanzamos el SUAC (Sistema Unificado de Atención Ciudadana); llegamos a acumular más de 300 mil reportes. No me atrevo a decir: “la Agencia le ha cambiado sustancialmente la vida a las personas”; tenemos métricas que nos sugieren eso, pero la verdad es que es mucho más lo que nos falta por hacer.

nerc



Fuente de la Noticia

You may also like

Leave a Comment

Noticias de Buenaventura y el mundo

2024 – All Right Reserved. [email protected]