El presunto exlíder de la milicia progubernamental Janjaweed está acusado de 31 cargos de crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad, presuntamente cometidos en Darfur, entre agosto de 2003 “y al menos abril de 2004”, señala una nota de prensa de la CPI.
El conflicto de Darfur comenzó en 2003, entre las fuerzas del gobierno sudanés, respaldadas por grupos de milicianos conocidos como Janjaweed, enfrentados principalmente a movimientos rebeldes no árabes de Darfur, enojados por la discriminación y la negligencia por parte del gobierno central. Cientos de miles murieron y varios millones fueron desplazados por los brutales combates.
Crímenes brutales
Los Janjaweed fueron ampliamente acusados de cometer limpieza étnica contra la población civil, incendiando y saqueando cientos de aldeas.
El ex presidente derrocado de Sudán, Omar al-Bashir, también enfrenta cargos de genocidio y crímenes de guerra relacionados con Darfur, en la CPI, pero hasta ahora ha evadido el arresto. Actualmente se encuentra bajo custodia en Sudán, luego de su destitución del poder en 2019.
El juicio comenzó con la lectura de los cargos contra el Sr. Abd-Al-Rahman, donde se alega que participó en ataques contra civiles en cuatro ciudades de Darfur. Se alega que él y los miembros de las milicias bajo su mando cometieron violaciones, torturas, asesinatos y saqueos generalizados.
La CPI dijo que supuestamente implementó una estrategia de contrainsurgencia dirigida por Jartum, que “también resultó en la comisión de crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad en Darfur”.
Declaración de no culpabilidad
“La Sala quedó satisfecha de que el acusado entendiera la naturaleza de los cargos. El acusado se declaró inocente de todos los cargos”, dijo la CPI en su comunicado.
Está previsto que el primer testigo experto comience a declarar el 6 de abril de 2022.
El Sr. Abd-Al-Rahman fue transferido a la custodia de la CPI el 9 de junio de 2020, luego de entregarse voluntariamente en la República Centroafricana. Su comparecencia inicial ante la CPI tuvo lugar el 15 de junio de 2020.
El juicio se lleva a cabo en medio de un aumento de los disturbios y la violencia en la región de Darfur, luego de la agitación política en Jartum y un golpe militar, que ha visto denuncias de abusos generalizados contra los derechos humanos.