Semanas de apagones y una grave escasez de alimentos, combustible y productos farmacéuticos han provocado una miseria generalizada en Sri Lanka, que sufre su peor recesión desde su independencia en 1948.
La Asociación Médica de Sri Lanka (SLMA) dijo que todos los hospitales del país ya no tenían acceso a herramientas médicas importadas y medicamentos vitales.
Varias instalaciones ya han suspendido las cirugías de rutina desde el mes pasado porque tenían niveles peligrosamente bajos de anestésicos, pero la SLMA dijo que incluso los procedimientos de emergencia podrían no ser posibles muy pronto.
“Estamos obligados a tomar decisiones muy difíciles. Tenemos que decidir quién recibe tratamiento y quién no”, dijo el grupo el domingo, luego de publicar una carta que le habían enviado al presidente Gotabaya Rajapaksa días antes para advertirle sobre la situación.
«Si los suministros no se restablecen en unos días, las bajas serán mucho peores que las de la pandemia».
La creciente ira pública por la crisis ha provocado grandes protestas que piden la dimisión de Rajapaksa.
Miles de personas desafiaron las fuertes lluvias para mantener una manifestación frente a la oficina frente al mar del líder en la capital, Colombo, por segundo día.
Los líderes empresariales se unieron a los llamados para que el presidente renuncie el sábado y dijeron que la escasez crónica de combustible en la isla había provocado una hemorragia de efectivo en sus operaciones.
El gobierno de Rajapaksa está buscando un rescate del FMI para ayudar a sacar a Sri Lanka de la crisis, que ha visto dispararse los precios de los alimentos y el desplome de la moneda local en un tercio en el último mes.
Funcionarios del Ministerio de Finanzas han dicho que los tenedores de bonos soberanos y otros acreedores podrían verse obligados a recortar su deuda mientras Colombo busca reestructurar su deuda.
El nuevo ministro de finanzas, Ali Sabry, dijo al parlamento el viernes que espera US$3.000 millones del FMI para respaldar la balanza de pagos de la isla en los próximos tres años.
Una falta crítica de divisas ha dejado a Sri Lanka luchando por pagar su creciente deuda externa de US $ 51 mil millones, con la pandemia torpedeando los ingresos vitales del turismo y las remesas.
Los economistas dicen que la crisis de Sri Lanka se ha visto exacerbada por la mala gestión del gobierno, años de endeudamiento acumulado y recortes de impuestos desacertados.