Dos goles de Harry Maguire y Dele Alli sirvieron para que, veintiocho años después, Inglaterra vuelva a jugar una semifinal de un Mundial de fútbol, tras derrotar este sábado en partido de cuartos de final a Suecia (0-2), en Samara.
Inglaterra, campeona del mundo en 1966, casi siempre candidata a todo y acreedora a nada, ha vuelto, quizá en el momento menos esperado, con un equipo muy joven e inexperto, a la élite del fútbol mundial