Los recientes datos de desempleo en Colombia han dejado un sabor agridulce entre los analistas y el mismo Gobierno, puesto que si bien la tasa de desocupación se mantiene a la baja por cuarto mes consecutivo y cayó al 9% en noviembre, la serie desestacionalizada muestra otra realidad en la que este mismo indicador ya supera el 10%.
Actualmente, según el Dane, 23,2 millones de colombianos cuentan con un empleo; mientras que 2,3 millones, que están en edad de trabajar, buscan hacer parte de la fuerza laboral activa en el país.
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En los recientes datos entregados por el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (Dane), del total de colombianos que tiene un trabajo, el 42% lo hace por cuenta propia, lo que equivale a más de 9,7 millones de personas. Así mismo, el 43,2% (10 millones) de los empleados, labora para una empresa como tal o tiene un empleador directo.
De acuerdo con los gremios y analistas, esta realidad muestra que pese a que las cosas andan bien, el país atraviesa una situación muy frágil en la que cualquier cambio en la economía repercute rápidamente en el mercado laboral, ya sea haciendo que caiga el empleo formal o incentivando la informalidad.
Para Saida Quintero, socia de Quintero y Quintero Asesores, no hay que pasar por alto que el país reanuda en febrero la discusión de la reforma laboral que, de aprobarse, situaría a Colombia en un complejo panorama de competitividad, desestimula la generación de empleo y la formalización. “Los principales retos que tiene el mercado laboral en Colombia para este año tienen que ver sin duda con reducir la informalidad y el desempleo que son poderosos flagelos que afectan la realidad de los hogares en nuestro país”, dijo Quintero, quien agregó no se puede pasar por alto que esto se traduce en pobreza y desigualdad.
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En su reporte para el trimestre agosto – octubre, el Dane sostuvo que la ocupación informal en el país es del 55,7%, dato que si bien se traduce en una caída frente al 57,9% del mismo lapso en 2022; consolida que este indicador se mantiene por encima del 50%.
“Los informales son los más vulnerables y los trabajadores con menores ingresos, pues en muchos casos reciben menos del salario mínimo. Ante esto se reitera el reto de facilitar y hacer atractiva y económicamente viable la contratación formal”, explicó Quintero.
En todo esto también hay que tener en cuenta que, según la Andi, reformas como la laboral, “son regresivas” y van en contravía de las necesidades que se tienen en esta materia, haciendo énfasis en que en especial este proyecto es el que más afecta, pasando el crecimiento del país del 2,7% al 2,2% en los próximos meses.
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“Las coyunturas de bajos crecimientos están acompañadas de una menor generación de puestos de trabajo, que pueden llevar a la desvinculación del personal. En Colombia, inicialmente el mercado laboral mantuvo indicadores relativamente favorables con menor desempleo y relativa estabilidad de la informalidad y consecuentes caídas en la productividad, pero desde septiembre todo ha cambiado”, indicó este gremio.
Adicional a todo esto, desde diversos sectores se han lanzado alertas por los efectos de la desaceleración económica que vive el país, que pese a que no se sienten con fuerza en los datos de desempleo, en el primer trimestre de este año podrían llevar la desocupación a quedar por encima del 10%, sin descontar un posible repunte de la informalidad.
La caída en la inversión (-11% para octubre) y el mal momento que viven sectores como el comercio, la industria y la construcción, que están entre los principales generadores de puestos de trabajo formales, son algunas de las señales que deben ser tenidas en cuenta.
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Ante esto, la Cámara Colombo Americana (Amcham Colombia) sostiene que es necesario iniciar cuanto antes un plan de reactivación económica que permita, entre otras cosas, la generación de por lo menos 500.000 nuevos puestos de trabajo de calidad y formales, para garantizar que no se deteriore el consumo.
Por último, María Claudia Lacouture, presidenta de Amcham, sostuvo que el principal objetivo para lograr que esto pase, debe ser mantener un mercado laboral creciente, ya que pareciera que la generación de empleo llegó a su techo y su crecimiento será muy lento, en el corto plazo.
“Por lo anterior se deben generar las herramientas para crear confianza en el sector empresarial que permitan más inversión y más empleo, y esa confianza pasa por un trabajo público – privado que permita generar consensos para sacar adelante los retos del país, pensando siempre en el bienestar colectivo y no en los intereses de unos pocos”, destacó Lacouture como reto urgente.
Empleo informal y su relación directa con la pobreza
Desde la Cámara Colombo Americana resaltaron que no se puede pasar por alto que un análisis de Fedesarrollo muestra que las familias más vulnerables que reciben ingresos por empleo, tienen 72% más posibilidades de superar la pobreza, mientras que sólo el 9% de quienes reciben subsidios lo logran. Esto, según ellos, da luces sobre dónde se debe avanzar.
“El salario es un factor de peso en esta ecuación pues hay que recordar que para el empresario no representa sólo el recurso que se paga al trabajador, sino también los aportes en seguridad social y parafiscales, equivalentes al 40% del salario mínimo aproximadamente, que usualmente son los valores que se dejan de pagar en la informalidad”, concluyó María Claudia Lacouture de Amcham, quien también advirtió que si no se frena cuanto antes la desaceleración, esta problemática pasará del mercado laboral a golpear las cifras de pobreza y desigualdad, generando que se pierdan los avances logrados hasta ahora.
DANIEL HERNÁNDEZ NARANJO
Periodista de Portafolio