Tarjeta de red: Qué es? Para qué sirve? Tipos

En la actualidad estar conectados a Internet es fundamental para prácticamente cualquier cosas que deseemos hacer, tanto relacionado con la informática como con otros ámbitos de nuestra vida diaria. Todo se desarrolla en la llamada Nube, y allí pasamos gran parte de nuestro tiempo trabajando o divirtiéndonos.

Sin embargo, esto no sería posible sin una pequeña pieza de hardware llamada “Tarjeta de red”, un dispositivo que a través de cables o de ondas de radio nos permite conectarnos con otras computadoras remotas. Sin la tarjeta de red, no podríamos conectarnos a Internet ni tener acceso a otras computadoras en la red de la oficina o de casa.

Salvo casos excepcionales, lo cierto es que como van las cosas, no debe existir una sola computadora en el mundo que no tenga instalada una tarjeta de red, tal es la importancia de este pequeño chip. Es por ello que en este artículo te explicaremos todo lo necesario sobre las tarjetas de red para que podamos entenderla mejor y aprovechar al máximo todas sus ventajas, y aprender de paso a instalarlas y configurarlas en nuestras computadoras como expertos.

La tarjeta de red es uno de los dispositivos de hardware de más importancia en una computadora, más incluso que las tarjetas de video o las tarjetas de audio. Si bien no le prestamos la suficiente atención, debido fundamentalmente a que su funcionamiento es totalmente transparente al usuario, es decir que para usarla no tenemos que hacer nada, salvo conectar los cables pertinentes, lo cierto es que sin tarjetas de red, no podríamos conectarnos a Internet ni con computadoras remotas, y además nos resultaría prácticamente imposible descargar controladores o resolver problemas; todos sabemos lo problemático que es acceder a unidades de almacenamiento externo cuando tenemos a Windows funcionando mal.

En cambio si contamos con los servicios de una tarjeta de red que nos pueda conectar a Internet rápidamente, todas nuestras dificultades pueden ser resueltas mucho más rápido y de manera mucho más efectiva.

La tarjeta de red, también conocida como “Tarjeta de interfaz de red”, “Adaptador LAN”, “Adaptador de red” y otros nombres más sajones como “Network Interface Card” o “Network interface controller”, básicamente es un dispositivo de hardware que provee a un aparato la capacidad de poder conectarse a una red de computadoras. En el mercado existen muchos dispositivos que incorporan una tarjeta de red para poder interconectarse con otros equipos, siendo las más conocidas las tarjetas de red que solemos ver en las computadoras de escritorio o las portátiles.

La función básica que cumple una tarjeta de red es preparar, enviar y controlar los paquetes de datos que transmite hacia otros equipos que se encuentren en la misma red o en redes remotas. Dichos equipos pueden ser prácticamente de cualquier tipo, incluidas unidades de almacenamiento externo, impresoras y demás. Incluso las computadoras que se conectan entre sí en estas redes ni siquiera deben contar con el mismo sistema operativo.

El objetivo principal de esta intercomunicación es la posibilidad de compartir recursos como Internet, hardware propio y utilizar hardware externo y documentos remotos, es decir que diferentes computadoras o dispositivos pueda usar un único sistema de hardware ubicado en otro lugar, con la consiguiente mejora en la organización y en el presupuesto.

Podemos decir que entonces que la función fundamental de la tarjeta de red es la de proporcionar un enlace sencillo de implementar, por lo menos para el usuario, entre las múltiples computadoras que pueden conforman una red. Es decir que la tarjeta de red es el nexo físico entre las computadoras y la red que la conecta con otras computadoras, conexión que se puede llevar a cabo a través de cables o de forma inalámbrica, como veremos un poco más adelante en este mismo post.

Teniendo en consideración lo anteriormente expuesto acerca de que la tarjeta de red es un enlace entre los diferentes equipos de una red, lo que se lleva a cabo mediante un cable o de manera inalámbrica, el procedimiento de cómo funciona una tarjeta de red puede ser explicado de manera simple sin extenderse en datos demasiado técnicos que escaparían al objetivo de este artículo: Hacerlo simple.

Básicamente, la tarjeta de red funciona como intermediario entre la computadora y una red de datos. Por ejemplo, cuando el usuario desea acceder a una computadora en la red doméstica, red remota, o a una página web o servicio en Internet, la tarjeta de red convertirá la solicitud recibida del procesador de la PC de datos digitales a impulsos eléctricos que puedan viajar sin dificultades por un cable.

Los impulsos eléctricos que viajan por estos cables son recibidos por la computadora en la red o por el servidor web en Internet, y son convertidos nuevamente en datos digitales en la tarjeta de red, los cuales son procesados por la CPU de la computadora, realizan la tarea encomendada y son devueltos a la tarjeta de red, que comienza a hacer el procedimiento de manera inversa para enviarlo a la o las computadoras solicitantes como respuesta. Este ciclo se cumple cada vez que se hace una petición.

Sin embargo, para que todo ello funcione, además de la tarjeta de red necesitaremos de otros dispositivos para poder interactuar con los demás componentes de la red. Un ejemplo simple de esto es cuando tenemos una red compuesta por varias computadoras y dispositivos. Si queremos que toda la red tenga acceso a Internet, entonces necesitaremos interponer entre las tarjetas de red y la salida a Internet un enrutador, también conocido como router.

Por último, cabe destacar que cada tarjeta de red posee un número de serie único, almacenada en el propio dispositivo, que se denomina “Dirección MAC” o “MAC Address”, del inglés “Media Access Control Address”. En este sentido, todas las computadoras y dispositivos que deseen conectarse a una red o a Internet deberán poseer una dirección MAC única, la cual lo identificará fehacientemente.

Hasta hace no muchos años, las tarjetas de red eran hardware que debía ser montado como una expansión del sistema, es decir dentro de la computadora fuertemente anclado a una ranura de bus, por lo cual también presentaban otros problemas como la necesidad de un técnico para poder instalarlas y configurarlas, además de que eran mucho más costosas.

Sin embargo, con el paso del tiempo, esta situación cambió, y gracias al abaratamiento de los chips que son la base de las tarjetas de red, en la actualidad es prácticamente imposible encontrar una computadora que no cuente entre su hardware con una tarjeta de red integrada en su motherboard directamente en su circuitería.

Esto permite al usuario ahorrarse el dinero de una tarjeta de red externa, ya que el bajo costo de estos chips Ethernet de red apenas agregan poco dinero al costo final de la PC, además de la comodidad de simplemente conectar la motherboard sin tener que preocuparse por también hacer funcionar una tarjeta de red para conseguir conexión a la red o a Internet.

Sin embargo, si tenemos la necesidad de instalar una tarjeta de red externa a cualquiera de los buses PCI de nuestra PC para ampliar la funcionalidad del sistema o para satisfacer necesidades determinadas necesidades técnicas, siempre podremos hacerlo sin ningún tipo de problemas u obstáculos.

Cabe destacar que los tipos de tarjetas de red que podemos encontrar más frecuentemente son las tarjetas de red inalámbrica, llamadas WI-Fi, y las tarjetas de red cableadas, conocidas como Ethernet, de las cuales hablaremos un poco más detalladamente debajo de estas líneas.

En la actualidad, las tarjetas de red Ethernet son las más utilizadas para la implementación de redes y el acceso a Internet, debido fundamentalmente a que pueden recorrer cientos de metros sin que los datos que viajan por los cables usados en este estándar sufran ningún tipo de alteración o corrupción por factores externos como por ejemplo ondas electromagnéticas.

Fácilmente distinguibles del resto de las tarjetas de red debido a su conector cuadrado, llamado RJ45, las tarjetas de red no siempre incorporaron este tipo de conectores. Con el paso del tiempo este hardware fue utilizando diversos tipos de conexión, como por ejemplo BNC (Bayonet Neill-Concelman), AUI (Attachment Unit Interface), MII (Media Independent Interface) y GMII (Gigabit Media Independent Interface) hasta alcanzar el estándar definitivo, por lo menos hasta hoy, que es el mencionado RJ-45.

Este tipo de interface brinda la posibilidad de trabajar con distintas velocidades de transmisión, como por ejemplo 10 Mbit/s ó 10/100 Mbit/s, es decir dentro del rango de lo que se conoce como Fast Gigabit, pero también pueden alcanzar velocidad de transmisión de hasta 1 Gigabit por segundo para el estándar Gigabit Ethernet y de hasta 10 Gigabits para el estándar 10 Gigabit Ethernet.

Cabe destacar que las velocidades de transmisión de estos dispositivos siempre son teóricas y son tomadas en condiciones óptimas de operación. En la práctica, estos valores pueden verse reducidos por un amplio abanico de problemáticas como por el ejemplo la interferencia electromagnética, el estado de los cables y la calidad de la implementación de la red, entre muchos otros factores.

El segundo tipo de tarjeta de red más popular en la actualidad es la tarjeta de red inalámbrica, cuyo principal sistema de transmisión es Wi-Fi. Este tipo de tarjeta puede ser básicamente de dos tipos, al igual que las de tipo Ethernet: Tarjeta de red inalámbrica externa, es decir que se conecta a un bus vacío en la tarjeta base de la computadora, y las del tipo inalámbrica integrada, las cuales son habituales en teléfonos, tablets, computadoras portátiles y muchos otros tipos de dispositivos.

Las tarjetas de red inalámbricas para computadoras son fácilmente distinguibles de las Ethernet debido a las antenas que poseen este tipo de dispositivos para emitir y recibir datos. En este punto cabe destacar que la mayoría de las computadoras portátiles del mercado poseen ambos tipos de tarjetas de red, Ethernet e Inalámbrica, salvo que en este tipo de PC las antenas están ocultas dentro del gabinete de la misma.

Las tarjetas de red inalámbricas Wi-Fi se diferencian entre ellas debido a la velocidad de transmisión de datos a la que pueden operar. Esto está dado por el tipo de estándar para el que fueron diseñadas: IEEE 802.11b, IEEE 802.11g e IEEE 802.11n. En este sentido, existen muchos otros estándares Wi-FI, pero estos son los más usados en casi todas las implementaciones. Es por este motivo que a los dispositivos tienen a la vista inscripciones tales como “Compatible con B, G, N” y demás textos que hacen referencia a estas normas.

El primero de estos estándares, IEEE 802.11b, es capaz de trabajar con una velocidad de hasta 11 Mbit/s, con una alcance, en teoría, de más de 400 metros. El segundo de estos estándares es el IEEE 802.11g, que permite alcanzar velocidades de transmisión de hasta 54 Mbit/s con el mismo alcance que el anterior. En cuanto al estándar IEEE 802.11n, es el que mejor rendimiento ofrece de los tres, ya que puede alcanzar velocidades de operación de hasta 300 Mbit/s con un alcance de hasta 800 metros.

Estos estándares para las tarjetas de red inalámbricas Wi-Fi son universales, es decir que se usan en todos los rincones del mundo. Esto es debido fundamentalmente a que operan en una banda de frecuencias de radio que se encuentra en los 2.4 Ghz. Si bien esto por un lado es una ventaja, ya que permite la estandarización global, lo cierto es que acarrea algunos problemas muy puntuales con la recepción y envió de datos.

Dicho problema no es otro que la misma banda de operaciones de radio, en los 2.4 GHz, también es utilizada por otros sistema de transmisión de datos como Bluetooth, que operan en la mencionada frecuencia de radio, y que pueden y de hecho lo hacen, interferir con la señal Wi-Fi. Si bien esto fue corregido en parte a partir de la versión 1.2 del estándar Bluetooth, implementando algunos cambios y modificaciones para evitar que los datos que se transmiten en la misma frecuencia colisionaran, lo cierto es que todavía existen escenarios en donde esto último sucede, arrojando como resultado pérdidas de datos y pobre calidad de conexión.

Sin embargo, este no es el único problema que suele enfrentar el estándar Wi-Fi cuando se lo usa en el hogar, la oficina o la industria. La tecnología Wi-Fi, al ser sencilla y barata de conectar y de usar, es utilizada simultáneamente por millones de usuarios para todo tipo de implementaciones, como por ejemplo IOT (Internet of Things), televisores inteligentes y demás dispositivos, lo que produce una rápida saturación del espectro radioeléctrico.

Esto como resultado arroja que las conexiones de larga distancia, es decir conexiones a más de 100 metros, se vean afectadas y ofrezcan poca estabilidad y seguridad, y si a este hecho le sumamos que Wi-Fi es un estándar diseñado para realizar conexiones de corto alcance, su uso en implementaciones que excedan los pocos metros ya se verá demasiado afectada por interferencias de radio y de cualquier otro tipo.

Estándar Velocidad teórica Velocidad práctica Frecuencia de operación Ancho de banda Alcance
802.11 2 Mbit/s 1 Mbit/s 2,4 Ghz 22 MHz 330 metros
Estándar Velocidad teórica Velocidad práctica Frecuencia de operación Ancho de banda Alcance
802.11a 54 Mbit/s 22 Mbit/s 5,4 Ghz 20 MHz 390 metros
Estándar Velocidad teórica Velocidad práctica Frecuencia de operación Ancho de banda Alcance
802.11b 11 Mbit/s 6 Mbit/s 2,4 Ghz 22 MHz 460 metros
Estándar Velocidad teórica Velocidad práctica Frecuencia de operación Ancho de banda Alcance
802.11g 54 Mbit/s 22 Mbit/s 2,4 Ghz 20 MHz 460 metros
Estándar Velocidad teórica Velocidad práctica Frecuencia de operación Ancho de banda Alcance
802.11n 600 Mbit/s 100 Mbit/a 2,4 Ghz y 5,4 Ghz 20/40 MHz 820 metros
Estándar Velocidad teórica Velocidad práctica Frecuencia de operación Ancho de banda Alcance
802.11ac 6.93 Gbps 100 Mbit/s 5,4 Ghz 80 o hasta 160 MHz
Estándar Velocidad teórica Velocidad práctica Frecuencia de operación Ancho de banda Alcance
802.11ad 7.13 Gbit/s Hasta 6 Gbit/s 60 Ghz 2 MHz 300 metros

Si bien hoy en día existen dos principales tipos de tarjetas de red, lo cierto es que en su momento coexistieron varios tipos de tarjetas de red diferentes, variando sus características al tipo de arquitectura de red para la cual habían sido diseñadas.

Arcnet, siglas de Attached Resource Computer NETwork, fue una arquitectura de red de área local (LAN) que utilizaba una técnica de acceso de paso de testigo similar a la utilizada en el estándar Token Ring. Desarrollada en el año 1977 por una compañía llamada Datapoint Corporation, ofrecía una topología física en forma de estrella, utilizando cable coaxial y hubs pasivos o activos. Podía alcanzar una velocidad de trasmisión de aproximadamente 2 MBits, pero como en el sistema no se producían colisiones de paquetes, el rendimiento de todo el conjunto era similar al de Ethernet.

Una característica de Arcnet es que fue el primer sistema de redes disponible en forma masiva, lo que fomentó el uso de la compartición de archivos y recursos fuera de los grandes centros de investigación. Fue muy usado en redes de oficina en los años 80, pero fue perdiendo mercado debido a la aparición de otras alternativas más económicas y sencillas de implementar como Ethernet.

Token Ring fue una arquitectura de red desarrollada por la compañía IBM en los años 1970 con topología lógica en anillo y técnica de acceso de paso de testigo, lo que significa que las computadoras y dispositivos que se conectaban a la red lo hacían en una especie de anillo.

La primera generación de Token Ring podía alcanzar una velocidad de transmisión de aproximadamente unos 4 Mbps, pero con la aparición de Token Ring II en el año 1988, esta velocidad se elevó hasta los 16 Mbps. Token Ring en su momento ofrecía una serie de ventajas bastante particulares, como por ejemplo no necesitar de enrutamiento, así como que el nodo estuviera diseñado como repetidor permitía extender la longitud de la red y muchas otras. Pero también tenía sus desventajas, como por ejemplo ser muy susceptible a las fallas, ya que debido a su topología, si un nodo fallaba, arrastra consigo a toda la red.

En la actualidad, las redes Token Ring y sus dispositivos están en desuso debido a la aparición de Ethernet, mucho más barato y sencillo de implementar.

No es un secreto que las tarjetas de red USB no son ciertamente lo que dicen ser, es decir no cumplen con todos los requisitos para ser consideradas verdaderas tarjetas de red. Este tipo de dispositivos, si bien son extremadamente útiles para el caso que necesitemos los servicios de red, y nuestra computadora no cuente con ello, son realmente hardware que permite conexiones de red a través de cualquier puerto USB de nuestra PC, y se denominan adaptadores de red, pero no deben considerarse como tarjetas de red.

En el mercado existen muchas tarjetas de red, de todo tipo de marcas, características y modelos. Y todas ellas cuentan con una clasificación de velocidad, como 11 Mbps, 54 Mbps o 100 Mbps, que nos información a qué velocidad dichas unidades estarán en condiciones de operar. Esta es una información que podemos obtener de manera sencilla. Por ejemplo en Windows, podemos pulsar con el botón derecho del ratón en el icono de redes y pulsar sobre el enlace “Configuración de redes e Internet”.

Si bien observando la caja de la tarjeta de red o los datos que nos ofrece nuestro sistema operativo con respecto a la velocidad que pueden operar estos dispositivos, esto no significa que vayamos a obtener esa velocidad de conexión a Internet. Esto es debido a múltiples razones como el ancho de banda disponible y la velocidad de Internet por la estamos pagándole a nuestra Proveedora de servicios de Internet.

Por ejemplo, si pagamos a nuestra ISP una velocidad de descarga de 20 Mbps, usar una tarjeta de red que sea capaz de alcanzar 100 Mbps no aumentará mágicamente la velocidad de operación de nuestra conexión. Con suerte, obtendremos únicamente valores de descarga cercanos a la velocidad que pagamos.

Por otro lado, en el caso que nos encontremos pagando por una conexión de Internet que nos permite descargar a 20 Mbps, pero nuestra tarjeta de red sólo es capaz de recibir y transmitir a por ejemplo 10 Mbps, la velocidad a la que podremos descargar estará limitada a este último dato, ya que la tarjeta de red sólo es capaz de funcionar a 10 Mbps. Esto significa que la velocidad que podemos obtener de nuestra red es determinada por el más lento de los procesos.

Sin embargo, existe otro factor muy importante al momento de tener en cuenta la velocidad de una tarjeta de red. Este factor es el ancho de banda. Para entender esto mejor, vamos a plantear el siguiente escenario: Imaginemos que tenemos una conexión a Internet de 100 Megas, y nuestras tarjetas de red pueden trabajar a esas velocidades, pero tenemos cuatro computadoras descargando al mismo tiempo, el valor de 100 Megas de conexión se va a dividir en cuatro, por lo cual tendremos 4 computadoras descargando con una tasa de alrededor de 25 Megas.

Si bien en la actualidad la mayoría de las motherboards y computadoras de marca que podemos adquirir en el mercado ya vienen equipadas con una tarjeta de red integrada, lo cierto es que existe un amplio abanico de escenarios en los cuales podríamos a llegar a necesitar una tarjeta de red extra.

El más común de estos escenarios es el de dotar a nuestro PC de escritorio de capacidad Wi-Fi, para poder acceder a nuestra red desde cualquier ubicación en la cual no podamos hacer llegar los cables necesarios para una conexión Ethernet.

Sea para equipar a nuestra PC con una tarjeta de red extra o para añadirle una tarjeta de red inalámbrica Wi-Fi, necesitaremos tener en cuenta algunas consideraciones, como para que nuestra comprar rinda hasta el último centavo, tanto en términos de rendimiento como de calidad.

Es por ello que a partir de este punto, pondremos a disposición de los usuarios que recién empiezan a llevar a cabo sus primeras tareas en torno al reemplazo o adquisición de piezas para su PC, un listado con las principales cosas a tener en cuenta antes de comprar una tarjeta de red.

Si bien puede parecer obvio, lo primero en que tenemos que pensar es en el costo. Si bien a mayor precio las tarjetas de red suelen tener mejores prestaciones y mejor calidad de construcción, lo cierto es que deberemos evaluar cuál será el papel de la nueva tarjeta de red en nuestro equipo, para no sobredimensionar nuestra compra, y de este modo no gastar dinero de más en características que nunca usaremos, o no están contempladas en nuestra implementación, como por ejemplo mayor cantidad de antenas, de conectores o velocidades superiores a las que tenemos disponibles, salvo que tengamos la idea de expandir el sistema más adelante.

Otros dos puntos que deben ser tomados muy en consideración, ya que son muy importante a la hora de permitir una buena performance de la red o conexión, es la arquitectura de red en que puede trabajar la tarjeta y la velocidad de datos que pueden alcanzar. Los dos tipos de estándares más extendidos y económicos por estos días son Ethernet y Fast Ethernet. En el caso de las tarjetas de red inalámbricas, debemos comprobar que el tipo de estándar Wi-Fi sea compatible con el resto de los dispositivos, caso contrario todo funcionará al límite que le impone el aparato más lento. Para comprobar los estándares Wi-Fi y las velocidades de transmisión que pueden alcanzar, podemos consultar más arriba en este mismo artículo.

En el caso de tratarse de una tarjeta de red Ethernet, también es importante comprobar el tipo de cableado que será utilizado. Si bien en este punto ya no se utilizan cables coaxiales con conectores de tipo BNC, es posible que en alguna instalación antigua podamos encontrarlos. El tipo de cableado que se utiliza en la actualidad es el denominado UTP con conector RJ45 (10 base T y 100 base TX), o también par cableado de fibra óptica (100 base FX).

Como sabemos, la computadora en su motherboard tiene conectores denominados ranuras en las cuales podremos conectar tarjetas complementarias. Estas ranuras se corresponden con un bus específico, que pueden ser en la actualidad ISA, PCI o PCIe.

Si queremos instalar nuestra tarjeta de red sin problemas, primero tenemos que fijarnos de tener alguna ranura de bus disponible, y en ese caso de qué tipo. De esta observación dependerá la compra de nuestra tarjeta. Si nos sobra una ranura de bus PCI, la tarjeta a comprar será PCI.

La cantidad de bits con que puede operar la tarjeta de red, 32 bits o 64 bit. En este caso, el puerto PCI puede operar en 32 bits o 64 bits, pero es preferible una tarjeta de red de 64 bits con el objeto de tener más performance, en el caso de que sea eso lo que estamos buscando.

Por último, pero no por ello menos importante, es quién es el fabricante de la tarjeta de red. Si bien en la actualidad son pocos los fabricantes, es decir son unas pocas marcas las que copan el mercado, siempre debemos elegir un fabricante reconocido y que tenga trayectoria, como por ejemplo TP-Link, quienes además de poder contar con servicios postventa, también nos proporcionará manuales con toda la información relativa a su producto como instalación y configuración en forma clara y en nuestro idioma. Asimismo, al ser grandes fabricantes, los controladores de tarjetas de red que nos ofrecen se actualizan, brindándonos siempre la mejor performance posible a nuestro equipo.

En el caso que hayamos comprado una tarjeta de red para reemplazar la que viene integrada con la computadora para obtener mejor performance o de mejor calidad, el siguiente tutorial nos resultará muy útil, ya que conoceremos las instrucciones necesarias para poder habilitar o deshabilitar la tarjeta de red integrada en unos pocos minutos de la manera más simple y efectiva posible.

Cabe destacar que este procedimiento también nos será de mucha utilidad en el caso que se produzcan conflictos de hardware con otras tarjetas. También es necesario decir que el procedimiento está enfocado en Windows 10, sin embargo es muy similar para todas las versiones del este sistema operativo.

Para que el procedimiento pueda llevarse a cabo con éxito, debemos acceder a la BIOS de nuestro sistema, pero si seguimos las instrucciones detalladas más abajo, al pie de la letra no tendremos ninguna dificultad.

Paso 1

Reiniciamos la PC del modo en que indica el fabricante o el sistema operativo.

Paso 2

Mientras la computadora se está encendiendo, pulsamos repetidamente la tecla o combinación de teclas destinada a tal fin. Cabe destacar que debido a la gran diversidad de marcas y modelos, no siempre es la misma tecla para todos los casos.

Para conocer cuál es la tecla o la combinación de ellas adecuada debemos observar detenidamente la parte inferior de la pantalla (antes de que inicie nuestro sistema operativo). Allí seguramente encontraremos la siguiente leyenda «Press XXX for enter setup», o similares, donde XXX determinará la tecla que debemos presionar para ingresar a la BIOS.

En caso contrario, siempre podremos recurrir a Internet o al manual de la computadora para obtener estos datos.

Paso 3

Una vez en la pantalla principal de la BIOS, para realizar cualquiera de las dos acciones, lo primero que debemos hacer es buscar el ítem denominado “Integrated peripheals”, “Features Setup” o similar y presionamos la tecla “Enter”.

Paso 4

Deshabilitar o habilitar la tarjeta de red integrada es tan sencillo como buscar el ítem “Onboard Lan” y mediante las teclas “AvPAG” o “RePAG” seleccionar “Enabled” para habilitarla o “Disabled” para deshabilitarla.

Paso 5

Una vez seleccionada la opción deseada, debemos pulsar la tecla “Esc” para poder volver a la pantalla principal de la BIOS.

Paso 6

Para lograr que la PC tome los cambios, debemos salvar los mismos. Para ello seleccionamos la opción “Save & Exit Setup” y presionamos “Enter”.

Paso 7

En la pantalla que aparece deberemos confirmar los cambios que hemos realizado. Para ello debemos presionar la tecla “Y” en caso afirmativo y “N” en el caso contrario.

Paso 8

Lo único que resta es reiniciar la PC e instalar los drivers en el caso de haber deshabilitado la tarjeta integrada e incorporado una nueva.

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