Si bien normalmente en el mundo financiero se suele hablar de las tasas de interés y la importancia que estas tienen en el desarrollo de la política económica, a la hora de referirse a los créditos y consumo con tarjetas, hay otro que es más importante. La tasa de usura, siendo este del que finalmente depende el consumo de la gente en las calles.
De acuerdo con el Banco de la República, este indicador representa el valor máximo de los intereses remuneratorios o moratorios que puede cobrar un organismo a los agentes de la economía. Todo cobro de intereses que se ubique por encima de este nivel, puede ser castigado con multas o la misma cárcel.
Frente al comportamiento de esta referencia hay que decir que tras los ajustes vistos esta semana, se mantiene la tendencia a la baja, completando 15 meses de reducciones, después de que los bancos arrancaran la ‘guerra de tasas’ con el fin de dar un respiro a la economía de los hogares e impulsar la reactivación económica.
Tarjeta de crédito
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Para los créditos de consumo y ordinario, la tasa se estableció en 19,47% efectivo anual, reflejando una ligera disminución frente al mes anterior. Este ajuste es parte de la revisión constante que realiza la entidad, basada en la información proporcionada por los establecimientos de crédito entre el 5 y el 26 de julio de 2024.
En cuanto a los créditos productivos, las tasas certificadas varían significativamente según la modalidad. Por ejemplo, el crédito productivo de mayor monto tendrá una tasa de 27,19% efectivo anual, mientras que para el crédito productivo urbano la tasa alcanza el 35,71%. Las tasas más altas se encuentran en los créditos populares productivos, con un 49,97% para el ámbito rural y un 58,16% en el urbano.
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La tasa de interés bancario corriente es un componente fundamental para calcular el máximo permitido de los intereses remuneratorios y moratorios según el Código de Comercio, y para establecer la usura definida en el Código Penal. Por ejemplo, la tasa de usura para crédito de consumo y ordinario se fijó en 29,21% efectivo anual, y para el crédito popular productivo urbano en un 87,24%.
¿Cómo beneficia?
A la hora de revisar lo que hay detrás de esta noticia, lo primero a tener en cuenta es que la reducción en la tasa de usura tiene un impacto positivo en las compras con tarjetas de crédito y otros tipos de crédito al consumo, Para poner un ejemplo. Con la nueva certificación de la Superintendencia Financiera, la tasa máxima permitida se reduce a 29,21% efectivo anual, lo que disminuye el costo de los intereses que los consumidores deben pagar al utilizar sus tarjetas de crédito.
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Según Asobancaria, con todo esto “resulta más barato endeudarse, lo que incentiva al consumo, los ahorradores ven menos recompensado sus ahorros, se incentiva a la inversión y crecimiento de las empresas y se ayuda al crecimiento de la economía”, aunque advierten que esto último puede generar tendencias inflacionistas.
Tasas de interés
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Esta reducción también beneficia a quienes recurren a créditos de consumo o personales, ya que reduce el costo total del préstamo, ya que una tasa de interés más baja, se traduce en que los consumidores pueden acceder a financiamiento con condiciones más favorables, lo que podría impulsar la demanda de crédito para compras importantes o para consolidación de deudas.
Por último, según los expertos, podría tener un efecto positivo en la economía general al fomentar un mayor consumo. Al reducirse los costos de financiamiento, los consumidores pueden sentirse más incentivados a realizar compras con crédito, lo que podría dinamizar sectores como el retail, el automotriz o el inmobiliario.