Redacción
¿Aliada o enemiga? Es el dilema sobre la tecnología que se instalado de forma cada vez más recurrente. La realidad es que todo avance tecnológico ha estado ligado estrechamente al desarrollo humano y cualquier connotación positiva o negativa tiene que ver más con el uso que se da a la tecnología.
Como creadores de los artefactos tecnológicos su finalidad responde a satisfacer las demandas del ser humano. El cuestionamiento radica en la aproximación a una simbiosis humano-tecnología donde el ser humano modifica los productos tecnológicos, pero a su vez estos condicionan la vida de las personas.
Sin embargo, este miedo a que las máquinas compitan de igual a igual con los seres humanos o incluso se impongan, responde según muchos expertos a hipótesis propias de escenarios de ciencia ficción.
“Que pase algo como en la película Terminator es pura ciencia ficción, ni siquiera es buena ciencia ficción”, argumenta de forma categórica François Chollet, ingeniero de software especializado en IA y aprendizaje automático en Google.
Durante esta época de pandemia se está demostrando la gran utilidad de la tecnología en beneficio de la gestión de crisis: para conocer cada vez mejor una enfermedad hasta ahora desconocida en tiempo récord, ganar tiempo y aliviar la carga de los hospitales.
Es el caso de la implantación de la telemedicina garantizando una calidad asistencial superior de lo que se creía. La atención médica por vía telemática ha evitado que personas dependientes de tratamientos farmacológicos y consultas médicas se quedaran sin sus recetas.
También la trazabilidad digital de contactos para conocer qué personas han estado en contacto con una persona que ha resultado infectada por el coronavirus.
Al igual que el uso de dispositivos tecnológicos ha permitido a las personas en confinamiento mantener la comunicación con sus seres queridos, hacer compras online o dar continuidad laboral a través del teletrabajo.
Cada día se crean miles de soluciones tecnológicas, y de acuerdo a la Ley de Moore describe un patrón de crecimiento exponencial, cada vez con mayor potencial, más asequibles económicamente y precisas.
Según el ingeniero electrónico y científico Jorge Reynolds Pombo, reconocido por ser el creador del primer marcapasos artificial externo con electrodos internos, las nuevas tecnologías como el big data, blockchain y la inteligencia pueden y deben mejorar los diferentes sectores públicos en donde se podrán reducir costos de operación con el propósito de optimizar la productividad.
El psicólogo, ensayista y lingüista de Harvard Steven Pinker considera que siempre hay formas ilustradas de aprovechar la tecnología. Asimismo hace una analogía sobre el dilema ético en la tecnología en tiempos pasados “Antes era la radio, la televisión, incluso los libros generaron miedo por si pasaríamos demasiado tiempo leyendo sin interactuar con la naturaleza”.
Si este pánico ético responde a perder el control sobre las máquinas, el ser humano siempre tiene la potestad de regularizar su uso y establecer límites.
Es lógico que a medida que la tecnología avanza se actualice una legislación sobre la materia que está quedando obsoleta. Los límites sobre el uso de las tecnologías deberían empezar por dar garantías para no vulnerar la normativa sobre protección de datos. Hay espacios que todavía deben encontrar un encaje regulatorio para velar por los derechos de los usuarios.
Esto es un reto que deben afrontar sin ambages las diferentes administraciones tanto nacionales como supranacionales.
En este sentido los consumidores deben presionar para que haya un adecuado control de las autoridades y se produzcan unas guías claras con límites específicos. Con sus decisiones también pueden penalizar a las compañías tecnologías poco éticas que abusan de los derechos de los consumidores.
Jorge Dobner
Editor
En Positivo
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