A raíz de las medidas de distanciamiento social tomadas por el Gobierno, el año 2020 presentó una importante reducción para algunas ciudades del país en cuanto a sus indicadores de criminalidad, donde sobresale una baja en el número de homicidios, hurtos, secuestros y extorción. En el caso de Barranquilla, de acuerdo con el Observatorio de Seguridad Ciudadana, en lo que va del primer semestre del año se han registrado tres casos menos de homicidios con relación al 2019, y los hurtos a comercios disminuyeron 44,4%. Sin embargo, las autoridades aún reportan preocupación por la gran cantidad de actos criminales que se siguen presentando principalmente en el centro de la ciudad y por el incremento del uso de armas de fuego en el caso de hurto a personas.
A medida que pasan los años, el crimen en la ciudad de Barranquilla se ha vuelto más complejo, con criminales que desarrollan nuevas habilidades y que exploran al máximo su creatividad para cometer todo tipo de delitos, desempleo que eleva las tasas de delincuencia y un incremento demográfico que excede muchas veces la capacidad de las agencias de seguridad. Este contexto hace que se le exija a la ciudad un nivel de coordinación superior, con agencias de seguridad que estén en capacidad de desplegarse en toda la zona metropolitana y en el menor tiempo posible.
Para ello, a lo largo del 2020 la Alcaldía Distrital ha realizado acciones con el fin de modernizar su Policía, sus sistemas de monitoreo y de despacho de unidades. No obstante, si se desea continuar reduciendo los indicadores de criminalidad, se requiere de una mayor inversión en tecnologías de seguridad pública.
Dentro de la oferta de soluciones de seguridad pública con las que se puede contar, los Centros de Comando, Control y Comunicación, se han convertido en el principal aliado de las ciudades que buscan integrar todas sus agencias de seguridad, monitorear lo que ocurre, coordinar llamadas de emergencia y despachar recursos para atender situaciones de riesgo.
Sin embargo, actualmente no basta con tener un Centro de Comando, es necesario transformarlo en uno de próxima generación, capaz de automatizar procesos que normalmente se hacen de forma manual. Sobre esto, Jairo Mahecha, experto en Ciudades Seguras de Motorola Solutions, asegura que “las ciudades en Colombia aún tienen mucho camino por recorrer en materia de seguridad, sus Centros de Comando necesitan modernizarse con sistemas que permitan mejorar la toma de decisiones durante el despacho de unidades de emergencia. Para ello, se debe poder priorizar incidentes, contar con georreferenciación avanzada para ubicar el efectivo más cercano, identificar llamadas simultaneas y consolidar la información de cada una de ellas de manera más efectiva”.
Por su parte, durante el desarrollo de emergencias sanitarias como la que vive actualmente el país alrededor del Covid-19, se necesitan a su vez de sistemas de comunicación que puedan ser usados durante los controles de tránsito para custodiar el cumplimiento de la cuarentena, o para dar soporte comunicacional desde hospitales móviles, por ejemplo.
Para ello, diversas fuerzas de seguridad pública en Colombia, como la Policía o el Ejercito Nacional, han ido equipándose en los últimos años con sistemas de radio que permiten interoperabilidad, especialmente diseñados para funcionar en las situaciones más extremas cuando otras tecnologías tienden a fallar, y manteniendo a su vez gran calidad de audio, al suprimir ruido ambiente en entornos difíciles.
Es así como en tiempos de emergencia sanitaria, las tecnologías de seguridad pública se convierten en aliadas indiscutibles para lograr enfrentar y reducir los índices de criminalidad. Se espera que en lo que resta de este 2020 y los próximos dos años, Barranquilla continúe equipando a sus agencias de seguridad pública con las herramientas adecuadas y así garantizar una ciudad más segura para todos sus ciudadanos.