Redacción
El proyecto del grupo operativo Mikogest, gestionado por la fundación Centro de Servicios y Promoción Forestal y de su Industria de Castilla y León, Cesefor, investiga la aplicación de las nuevas tecnologías de la información al recurso micológico, para mejorar su rentabilidad y facilitar su mejor gestión, para garantizar la sostenibilidad.
Cristina Gómez, coordinadora del proyecto Mikogest; Roberto Rubio, responsable del área de gestión forestal y recursos naturales de Cesefor, y José Antonio Bonet, del Centro de Ciencia y Tecnología Forestal de Cataluña (CTFC), explican la demanda de la sociedad por conocer cada día más sobre el recurso micológico, uno de los objetivos que se ha planteado el grupo operativo Mikogest.
Rubio señala que mejorar las predicciones del recurso mejorarán su gestión y aprovechamiento.
Gómez subrayó que la observación remota al servicio de la gestión micológica permite mejorar rendimientos y la Big Data, sistema que asimila datos de diferentes fuentes y proporciona respuestas sobre el mejor conocimiento del recurso micológico, permitirá hacer previsiones en tiempo real.
La introducción de estas técnicas contribuirá, según Gómez, a mejorar los rendimientos, aún siendo conscientes de las limitaciones.
«La idea es empezar por caracterizar los hábitats con mejor predicción, diseñar modelos y predecir no las cantidades totales, sino las que se van a producir en cada momento», según señaló el experto.
Gómez destacó además que la temperatura y la precipitación y la humedad del suelo son factores decisivos para conocer la evolución.
«Si somos capaces de predecir las precipitaciones y cuántos recursos hídricos quedan en el suelo, seremos capaces de predecir las producciones», explicó.
El papel del recolector de a pie también es muy importante, según Gómez, porque una de las misiones del Big Data será la recogida de datos que faciliten estos aficionados y profesionales que se dedican al negocio de la micología.
En este sentido el colectivo invitó a consultar la aplicación que estará disponible a la vuelta de tres meses y participar en este proyecto ambicioso para el desarrollo de un sector que tiene un fuerte potencial desde el punto de vista económico.
El desarrollo de estas herramientas, según Gómez, permitirá conocer de antemano la producción de los montes y dónde se concentran los recolectores, y plantearse la manera de gestionar las zonas más explotadas para conseguir que sean sostenibles.
Por su parte, José Antonio Bonet resaltó la importancia de la colaboración entre grupos de investigación, que permitirá avanzar más rápido.
Con las innovaciones tecnológicas será posible incrementar las producciones y generar mejores rentas en el monte y dotar de nuevas oportunidades al medio rural.
Mikogest señala que son muchos los trabajos que se han realizado en algunas regiones para conocer la capacidad productiva de setas silvestres comestibles y la diversidad de especies micológicas. Estos estudios abarcan zonas concretas, sobre todo centradas en algunos montes de Montes de Utilidad Pública de determinadas provincias. El objetivo común de estos trabajos es establecer unos criterios de sostenibilidad para el recurso micológico.
Sin embargo, el ámbito de actuación de estos proyectos no permite conocer la capacidad de producción a tiempo real y de una forma extensa (a nivel nacional incluso regional), y este es un parámetro fundamental para establecer una gestión del recurso que favorezca un desarrollo sostenible del sector.
Por ello la gestión de la regulación del recurso micológico precisa de implementar técnicas innovadoras (herramientas TIC), con objeto de garantizar la sostenibilidad en el aprovechamiento del recurso, la trazabilidad en la cadena de valor y proveer de información útil al recolector y al sector empresarial. Además debe realizarse formación específica para su implantación.
