Redacción
COLOMBO: Sri Lanka desplegó miles de tropas y policías el martes (10 de mayo) para imponer un toque de queda después de que cinco personas murieran en la peor violencia en semanas de protestas por una crisis económica sin precedentes.
Casi 200 también resultaron heridos el lunes cuando el primer ministro Mahinda Rajapaksa renunció, pero eso hizo poco para calmar la ira pública.
Tuvo que ser rescatado en una operación militar realizada antes del amanecer el martes después de que miles de manifestantes antigubernamentales irrumpieron en su residencia oficial en Colombo durante la noche, con la policía disparando gases lacrimógenos y tiros de advertencia para mantener a la multitud alejada.
«Después de una operación antes del amanecer, el ex primer ministro y su familia fueron evacuados a un lugar seguro por el ejército», dijo a la AFP un alto funcionario de seguridad. «Al menos 10 cócteles molotov fueron arrojados al complejo».
El control del poder del clan Rajapaksa se ha visto afectado por meses de apagones y escasez en Sri Lanka en medio de la peor crisis económica del país desde que se independizó en 1948.
Sin embargo, el presidente Gotabaya Rajapaksa permanece en el cargo, con amplios poderes y mando sobre las fuerzas de seguridad.
Después de semanas de manifestaciones antigubernamentales abrumadoramente pacíficas, la violencia estalló el lunes cuando los partidarios de Mahinda Rajapaksa, transportados en autobuses a la capital desde el campo, atacaron a los manifestantes con palos y garrotes.
«Nos golpearon, golpearon a los medios, golpearon a mujeres y niños», dijo un testigo a la AFP, que pidió no ser identificado.
La policía disparó gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar a la multitud y declaró un toque de queda inmediato en Colombo, una medida que luego se amplió para incluir a toda la nación del sur de Asia de 22 millones de habitantes.
Las autoridades dijeron que el toque de queda se levantará el miércoles por la mañana y que las oficinas gubernamentales y privadas, así como las tiendas y las escuelas permanecerán cerradas el martes.
La embajadora de Estados Unidos, Julie Chung, tuiteó que Washington condenó «la violencia contra los manifestantes pacíficos» y pidió al «gobierno de Sri Lanka que lleve a cabo una investigación completa, incluido el arresto y el enjuiciamiento de cualquiera que incite a la violencia».
