Emily Jackeline Conejo Angucho siempre será recordada como una persona de gran calidad humana, sensible, amorosa y comprometida con su comunidad, valores heredados de su padre Oliverio Conejo Sánchez, coordinador del Programa de Salud del Cabildo Indígena de Totoró.
Ambos fueron asesinados cuando se disponían llegar a un sitio sagrado para ofrendar a la madre tierra
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Con sonidos de flautas, quenas y tambores, en chivas y con los corazones destrozados, el pueblo Totoroez, en cabeza del Consejo Regional Indígena del Cauca (Cric), este fin de semana le dio el último adiós a esta familia indígena.
“Las banderas de color rojo y verde del Consejo Regional Indígena del Cauca en estos tiempos de desarmonía se mueven al son del viento rebelde simbolizando la rabia, el dolor, la impotencia porque día a día nos están matando y el miedo se nos está volviendo costumbre, por eso levantemos nuestros bastones como símbolo de unidad, tierra, cultura, autonomía y gritemos con fuerza guardia, guardia, como procesos en defensa de la vida en el marco de la paz”, expresó la organización.
Conejo Sánchez, quien además lideraba importantes iniciativas para prevenir que la pandemia del coronavirus llegara hasta este territorio, le enseñó a su hija la importancia de la defensa de la vida, el territorio y el proceso político organizativo indígena.
La institución Educativo Técnica Eduardo Santos (CECIDIC) de Toribio, colegio donde Emily hizo sus estudios secundarios, lamentó lo ocurrido y expresó sus voces de condolencia a sus allegados.
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“Condenamos este acto violento y consideramos que la posibilidad de cambiar la historia requiere de tenacidad, los sueños, la alegría, la fuerza y la esperanza de la juventud. Nos solidarizamos con la familia Conejo Angucho, pues hoy nosotros hoy, despedimos también a una hija”, expresó la institución.
La joven de 22 años cursaba cuarto semestre de trabajo social en la Universidad del Valle.
“El crimen cometido en contra de la humanidad de Jackeline, representa el desprendimiento de sus sueños, que irrumpió con su proyecto de vida, atroz crimen que representa un atentado sobre el proceso político organizativo juvenil del movimiento indígena del Cauca, que se suma a los antecedentes de violencia sistemática contra la mujer e incrementa el índice en relación a los actos de tortura, desaparición forzada, violencia sexual, reclutamiento forzado, a los cuales nos han sometido las políticas impuestas por un Gobierno indolente, negligente e inoperante, que prefirió la Guerra en vez de la Paz”, expresaron autoridades indígenas.
Los hechos donde ambos perdieron la vida se presentaron el pasado viernes en el kilómetro 47, transversal del Libertador, corregimiento Gabriel López, vereda Chuscales, sector Las Delicias, en Totoró, oriente del Cauca, donde hombres que se desplazaban en motocicletas los interceptaron y asesinaron con varios impactos de arma de fuego.
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José Fernando Conejo, alcalde de esa localidad, señaló que se desconocen las causas
del crimen, ya que las víctimas no habían recibido amenazas recientes en su contra. Así mismo, denunció que luego de lo ocurrido, empezaron a circular más amenazas de muerte contra diferentes dirigentes de esa zona, entre los que se encuentran exalcaldes, exgobernadores indígenas, concejales y comuneros.
“Con la frente en alto y todas las medidas del caso, hoy después de la siembra de los compañeros quedamos con otras amenazas de nuestros líderes y compañeros, por lo tanto urge que se tomen medidas reales e inmediatas”, denunció el mandatario.
A través de una alerta temprana, la Defensoría del Pueblo del Cauca había advertido a la Tercera División del Ejército, que un hecho como estos podría ocurrir y había pedido medidas para proteger a la comunidad indígena “asentada en el territorio ancestral de Totoróez”.
Al tiempo que ocurría este crimen, organizaciones sociales y defensoras de derechos humanos denunciaban otro hecho violento en ese departamento. El joven campesino, Héctor Fabio Cuetia, quien pertenecía a la Junta de Acción Comunal de Huasanó y a la Asociación de Trabajadores Campesinos, fue asesinado en un ataque armado registrado en el sector conocido como Lago Seco, en Huasanó, Caloto.
Horas más tarde, autoridades reportaron que un vehículo de servicio público de pasajeros adscrito a la empresa Sultana del Valle fue incinerado, en zona rural de Corinto.
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Según el secretario de Gobierno de esa localidad, Leonardo Rivera, hombres armados intimidaron el conductor y luego de obligarlo a descender, procedieron a prenderle fuego al automotor, que quedó destruido.
Según el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), en lo corrido del año, se han registrado 72 asesinatos de líderes sociales y defensores de derechos humanos en el departamento. En el país, van 211.
En el Cauca operan diferentes grupos armados que atentan contra la población civil.
Michel Romoleroux
Para El Tiempo
Popayán