La reunión con el aliado militar más cercano de Gran Bretaña se produce cuando la invasión de Ucrania por parte del presidente ruso Vladimir Putin, el mayor ataque a un estado europeo desde la Segunda Guerra Mundial, obliga a Occidente a examinar su estrategia económica y de seguridad.
“La crisis de Ucrania es una llamada de atención para las democracias libres”, dijo Truss en un comunicado.
“Estoy en los EE. UU. para hablar sobre qué más podemos hacer para disuadir a los actores estatales hostiles, reducir la dependencia estratégica de la energía rusa, y los estados autoritarios en general, y construir alianzas económicas y de seguridad más fuertes en todo el mundo”.
Moscú describe sus acciones en Ucrania como una “operación especial” para desarmar a su vecino y derrocar a los líderes que llama neonazis.
Ucrania y sus aliados occidentales llaman a esto un pretexto sin fundamento. Truss también se reunirá con el Asesor de Seguridad Nacional Jake Sullivan y miembros del Congreso.
Ella debe dar un discurso en el grupo de expertos del Atlantic Council.
Gran Bretaña ha buscado un papel de liderazgo en la coordinación de la respuesta internacional a la invasión de Rusia, y Truss utilizará sus reuniones para enfatizar la necesidad de ir más allá con las sanciones.
Gran Bretaña, por ejemplo, quiere cerrar todo acceso ruso al sistema de pago internacional SWIFT, en lugar de la prohibición limitada actual.
“Reino Unido, Estados Unidos y nuestros aliados han demostrado una fuerza y unidad notables al apoyar a Ucrania e imponer severas sanciones a Rusia”, dijo.
“Necesitamos mantener esa unidad y hacer más para asegurar que Putin fracase en Ucrania”.
