Tres vallecaucanos hacen parte de las 21 personas que perdieron la vida en el accidente de un bus en Antofagasta, norte de Chile.
Según las autoridades del país austral, el percance se presentó hacia las 10:45 p.m. del pasado domingo en el kilómetro 3 de la Ruta B-710, a la altura de la Cuesta Paposo, en jurisdicción del municipio de Taltal.
Según la empresa Turbus, el vehículo, que cumplía con todas normas técnicas y de seguridad, había partido dos horas antes del terminal de transportes de la ciudad de Antofagasta.
En ese sitio y por causas que son investigadas por las autoridades, el bus de dos pisos y de número interno 2389 rodó por un precipicio de unos cuarenta metros de profundidad aproximadamente dejando un saldo además de 20 personas lesionadas, algunas de gravedad.
Una de las víctimas fatales fue identificada como Juan Camilo Torres Peña, un tulueño de 25 años que trabajaba como auxiliar de ese bus, puesto que desempeñaba desde hace tres años.
Según Juan Antonio Osorio, cuando el conductor del bus perdió el control del vehículo y ganó velocidad en una pendiente, su primo alcanzó a subir hasta el segundo piso para avisarles a los pasajeros que se pusieran los cinturones de seguridad.
“Él era un muchacho muy sano, muy trabajador, la última vez que estuvo en Tuluá fue el Día de la Madre, visitando la familia. Precisamente uno de sus sueños era comprarle una casita a su mamá, ese era su proyecto más inmediato”, manifestó Juan Antonio.
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Por su parte, Luz Marina Torres, indicó que su sobrino después de prestar el servicio militar, a los 21 años emigró a Chile en busca de mejores oportunidades laborales.
En el mismo siniestro falleció una pareja de esposos oriunda de la ciudad de Buga que desde hace cuatro años vivía en la ciudad de Antofagasta.
Se trata de Yuri Paulina Granobles, de 36 años y Alberto Bedoya Aguirre, de 35.
De acuerdo con Óscar Granobles, su hermana deja huérfanos a dos hijos de 18 y 20 años que vivían con ella en ese país.
“El bus operaba cumpliendo la normativa legal: permisos de circulación, revisiones técnicas y seguro obligatorio; así como también, los mantenimientos de la máquina se encontraban al día” indica un comunicado de la empresa Turbus, que según los familiares de las víctimas, se encargará de todos los gastos y trámites para la repatriación de los cuerpos a sus ciudades de origen.