En el corregimiento de Currulao, en el municipio de Turbo (Antioquia), una conmovedora historia de amor eterno ha tocado los corazones de todos. María Georgina Muñoz y Daniel Hernández, una pareja que compartió 65 años de vida juntos, fallecieron el mismo día y a la misma hora, aunque en hospitales distintos. Esta increíble coincidencia ha sido vista por muchos como un testimonio del profundo vínculo que los unía.
El periodista Jesús Ovidio Salazar fue quien compartió esta emotiva historia. Según sus relatos, la relación entre Muñoz y Hernández era bien conocida en Currulao. Su amor y compromiso eran evidentes para todos los que los conocían, y juntos tuvieron ocho hijos, formando una familia que fue testigo de su devoción mutua.
El trágico final de esta historia de amor llegó el pasado viernes. María Georgina fue trasladada a Medellín para una operación de hernia, que lamentablemente resultó en una infección. Esta complicación llevó a su ingreso en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) en Rionegro, donde sufrió un paro cardiorrespiratorio. A pesar de los esfuerzos médicos, falleció pocos minutos después.
Simultáneamente, en el municipio de Apartadó, Daniel Hernández, conocido cariñosamente como «Nalo», sufrió un infarto. Fue ingresado en la UCI del hospital local, pero también falleció en la tarde del viernes, a la misma hora que su amada María Georgina.
El domingo siguiente, los cuerpos de María Georgina y Daniel se reencontraron en la casa donde vivieron juntos por tantos años. Familiares, amigos y conocidos se reunieron para velarlos y despedirse de esta pareja que había sido un ejemplo de amor y compañerismo. El funeral fue un momento de profunda emoción, con muchos agradeciendo las muestras de cariño y apoyo recibidas.
La historia de María Georgina Muñoz y Daniel Hernández ha dejado una marca indeleble en la comunidad de Currulao y más allá. Su fallecimiento, ocurrido de manera tan sincronizada, es visto por muchos como una señal de que su amor trascendió las barreras de lo terrenal. Esta historia sirve como un recordatorio del poder del amor verdadero y del profundo impacto que puede tener en la vida de quienes lo presencian.
En un mundo donde las historias de amor eterno son cada vez más raras, la vida y muerte de María Georgina y Daniel son un testimonio inspirador de que el verdadero amor puede durar toda una vida y más allá.