Redacción
Crédito de foto: Especial para 90minuts.co
Por Norma Hurtado Sánchez
Representante a la Cámara por el Valle del Cauca
Las complicaciones derivadas del uso de biopolímeros son cada vez más visibles y preocupantes. Es un flagelo que no distingue condición social, nivel de ingresos o formación profesional y ha afectado a hombres y mujeres por igual.
Los biopolímeros, hacen parte de las llamadas sustancias de relleno o modelantes, las cuales, tienen por objetivo modificar la apariencia y la anatomía humanas con fines estéticos. Algunos ejemplos de sustancias modelantes incluyen: guayacol, silicona líquida, parafina, vaselina, petrolato, aceite vegetal, grasa animal, colágeno bovino, entre otros.
Ahora bien, la publicidad y el mercadeo en internet y redes sociales que usan estereotipos del “cuerpo perfecto”, han hecho que las mujeres y hombres se vean fuertemente sugestionados a recurrir a centros estéticos o de belleza y a personas que, en la mayoría de los casos, no cuentan con formación profesional en ciencias de la salud, para que les apliquen estas sustancias que tanto peligro generan para la vida.
La principal patología que produce el uso irregular e ilegal de los biopolímeros es la denominada alogenósis iatrogénica (término acuñado por Felipe Coiffman, médico de la Universidad Nacional de Colombia), la cual ha sido definida como toda aquella manifestación clínica asociada a la administración de sustancias con fines modelantes y que se presente al menos 3 meses después de su administración.
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Las complicaciones pueden ser inmediatas o tardías, cuando se producen meses o incluso años después de la inyección, e incluyen la aparición de nódulos inflamatorios, dolor, pigmentación, celulitis, por nombrar solo algunos, así como la migración del material desde el lugar donde fue infiltrado inicialmente, creando dificultades a distancia.
Según cifras no oficiales, el programa radial de Caracol Radio “Sanamente” calcula que, en los últimos 10 años, han sido inyectadas aproximadamente entre 50.000 y 100.000 personas con polímeros en Colombia. Por su parte, para 2018 el diario El País de Cali reportaba que el gremio de cirujanos plásticos calculaba que había más de 120.000 casos de pacientes inyectados con biopolímeros solo en esa ciudad, y una nota de Noticias Caracol se refiere a 35.000 casos reportados en la capital del Valle.
Ahora bien, jurídicamente en Colombia el uso de sustancias modelantes, incluidos los biopolímeros, no está expresamente regulado ni prohibido, solo lo está indirectamente para los casos en que no cuentan con registro del INVIMA y, por ende, no cuentan permiso para circular y ser usados en el mercado.
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En este orden de ideas, se hace urgente atacar este flagelo que está afectando la vida, la salud física, psicológica de miles de personas a través de una regulación estricta para el uso, comercialización y distribución de sustancias de relleno para fines eminentemente estéticos o de belleza que estén debidamente fundamentadas en la evidencia científica.
Por lo anterior, hago un llamado al Gobierno Nacional, a las autoridades departamentales, locales, a todas las entidades públicas e instituciones competentes a que implementen y fortalezcan campañas sobre autocuidado, concientización para lograr que menos mujeres y hombres recurran a la aplicación de biopolímeros; a que refuercen las medidas de vigilancia y control para inhabilitar la operación de centros de belleza y estéticos clandestinos e inseguros; y para que se expida regulación que ataque el problema de los biopolímeros desde todos los frentes, incluyendo su publicidad, distribución, comercialización, importación y aplicación.
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