El entrenador de Urawa Red Diamonds, Maciej Skorza, dijo que la espera valió la pena después de que el equipo japonés ganó la Liga de Campeones asiática el sábado, casi nueve meses después de llegar a la final.
Urawa levantó el trofeo por tercera vez después de vencer al campeón defensor de Arabia Saudita Al Hilal 1-0 en casa en el partido de vuelta de la final, dándoles una victoria global de 2-1 una semana después de empatar 1-1 en Riyadh.
La final marcó el final de una competencia de 2022 que comenzó en marzo del año pasado y se retrasó por la Copa del Mundo de invierno en Qatar y las complicaciones de viaje derivadas de la pandemia.
Urawa venció al Jeonbuk Motors de Corea del Sur en las semifinales en agosto del año pasado, pero Skorza, que llegó al club en enero, estaba feliz de finalmente terminar el trabajo.
«Desde el comienzo de nuestra preparación en nuestro campo de entrenamiento, estuve pensando en eso y tratando de preparar al equipo para esta etapa tan difícil», dijo el polaco.
«Es simplemente increíble, es difícil encontrar una manera de describir este sentimiento».
Un gol en propia puerta de Andre Carrillo de Al Hilal a principios de la segunda mitad marcó la diferencia frente a casi 55.000 aficionados en Saitama, al norte de Tokio.
Al Hilal dominó la posesión en la primera mitad, pero Urawa se mantuvo firme y forzó la ventaja cuando un cabezazo de Marius Hoibraten en el minuto 48 obligó a Carrillo a cometer un error en medio de fuertes vientos.
El pitido final provocó celebraciones salvajes entre una multitud conocida por ser la hinchada más bulliciosa de Japón.
El capitán del Urawa, Hiroki Sakai, quien fue nombrado jugador del torneo, dijo que los fanáticos crearon «una atmósfera especial» e instó a sus compañeros a darles más para celebrar en los próximos meses.
«Que sigan apoyándonos depende de nosotros», dijo el defensa.
«Aún nos quedan partidos de liga y copa y si seguimos ganando nos apoyarán, pero no podemos darlos por sentado».
– Apretada agenda –
Al Hilal buscaba ganar un quinto título continental récord y un tercero en cuatro temporadas.
El conjunto saudí no contó con el lesionado capitán Salman Al Faraj ni con el sancionado Salem Al Dawsari, que fue expulsado al final del partido de ida por patear a Ken Iwao del Urawa.
El entrenador Ramón Díaz se negó a culpar a la apretada agenda de su equipo, que los vio perder 5-3 ante el Real Madrid en la final de la Copa Mundial de Clubes en febrero.
«Esto es normal cuando juegas en el Al Hilal», dijo el argentino, cuyo club ha sido vinculado con un movimiento multimillonario por Lionel Messi.
«Fue un juego difícil y hemos jugado muchos juegos difíciles en un corto espacio de tiempo, pero este es nuestro destino. No podemos hacer nada al respecto».
Los dos equipos se enfrentaban en la final de la principal competición de clubes de Asia por tercera vez en seis años. Urawa ganó en 2017, pero Al Hilal se impuso dos años después.
Los saudíes tuvieron ocasiones tempranas a través de Odion Ighalo y Michael, pero Shinzo Koroki del Urawa, que marcó el gol de su equipo en el partido de ida, golpeó el larguero con una volea voladora a mitad de la primera mitad.
El portero de Urawa, Shusaku Nishikawa, mantuvo a su equipo en el juego y el equipo local defendió con calma y seguridad una vez que tomó la delantera en la segunda mitad.
«Como defensor, estás tratando de mantener la portería a cero; si mantienes la portería a cero, no perderás», dijo Sakai.
«Creí que mis compañeros marcarían, y después de que conseguimos el gol, todo lo que tenía que hacer era hacer mi trabajo».
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