¿Vamos a cambiar tras la pandemia? Expertos responden – Vida


Como es usual en las grandes coyunturas globales, no es posible saber con certeza cuáles serán los resultados que dejará la crisis de la pandemia por el covid-19 para el futuro. En este tipo de circunstancias, los grandes pensadores toman la relevancia merecida para cuestionar los rumbos que escoge la humanidad. Desde que se inició esta crisis ha estado rondando una inquietud en distintas áreas del conocimiento: ¿cambiaremos o no? ¿Aprenderemos algo de esta situación o seguiremos igual? ¿Volveremos a la ‘normalidad’?

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Casi desde el principio de los aislamientos surgió la reflexión de que esta pandemia debería dejarnos por lo menos algunas lecciones sobre errores que no deberían seguir cometiéndose. Y, naturalmente, uno de los temas en los que se supone que debería quedar una que otra enseñanza es en la salud. Al respecto, el premio nobel de medicina de 1996, Peter C. Doherty, le explicó al periódico ‘La Nación’, de Argentina, que esta pandemia “no será la última, veremos más pandemias en este siglo. Por eso tenemos que repensar muchos aspectos de la civilización”.

“Es el tercer virus de murciélagos que pasa a humanos en 20 años y tuvimos, además, la gripe de un cerdo. Con los viajes internacionales masivos y cruceros, que básicamente son incubadoras de enfermedades infecciosas, estamos generando las condiciones para estas pandemias”, dijo Doherty a modo de advertencia.

En el mismo sentido piensa el ecólogo mexicano Rodrigo Medellín, para quien “esta pandemia es una grandísima llamada de atención”. El mexicano expresó que “el planeta nos dice que tenemos que tener cuidado en cómo hacemos uso de los recursos; hay pandemias en proceso de creación en todos los ecosistemas del mundo. Vendrán nuevas, no hay dudas; por eso hay que ver qué podemos hacer y cómo mitigar las probabilidades de que surjan”.

«El planeta nos dice que tenemos que tener cuidado en cómo hacemos uso de los recursos», afirmó el premio nobel de medicina de 1996, Peter C. Doherty.

Sin duda, la pandemia del covid-19, que aún estamos viviendo, nos ha generado muchas dudas sobre la salud mundial, la economía y hasta las formas en que nos relacionamos con los demás. Pero varios expertos coinciden en una preocupación mayor, un debate de fondo en el que la pandemia es solo una pieza menor: el cambio climático.

Esta crisis es un juego de niños comparado con el golpe que viene del cambio climático. Y es inevitable”, sentencia Medellín y a la vez deja una reflexión clave: la pandemia debería servir como lección respecto a la manera en la que la sociedad consume los recursos naturales y el impacto que eso tiene en el medioambiente.

Así mismo, para la famosa etóloga británica Jane Goodall, su mayor preocupación “es que sigamos adelante como si nada, que continuemos con esta codiciosa destrucción de los recursos naturales del planeta. (…) A medida que salgamos de esta pandemia, tenemos que encontrar una nueva economía verde. (…) No podemos tener un desarrollo económico global ilimitado en un planeta con recursos naturales finitos y una población en constante crecimiento”.

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Y aunque el cambio climático, por sí solo, “representa la lucha de nuestro siglo”, como lo dijo el exrepresentante de la Unión Europea Javier Solana; este no es el único problema que ha sacado a la luz la pandemia. De hecho, si algo nos ha mostrado el covid-19, es lo frágil que es la existencia humana y lo frágil que son nuestros sistemas de salud y nuestro sistema económico.

Eso advierte el crítico filósofo esloveno Slavoj Zizek, quien, de manera pertinente se pregunta en el libro ‘¡Pandemia! Covid-19 sacude el mundo’: “¿Acaso no es todo esto una clara señal de que necesitamos una reorganización de la economía global para que deje de estar a merced de los mecanismos del mercado? Por supuesto, no estamos hablando aquí de comunismo de viejo cuño, sino simplemente de alguna clase de organización global que pueda regular y controlar la economía, así como limitar la soberanía de los Estados cuando sea necesario”.

Sin embargo, en el mismo libro, el filósofo surcoreano Byung-Chul Han opina que es complicado lograr un cambio de esas características. “El virus no vencerá al capitalismo. (…) El virus nos aísla e individualiza. No genera ningún sentimiento colectivo fuerte. De algún modo, cada uno se preocupa solo de su propia supervivencia”.

‘El virus no vencerá al capitalismo. (…) El virus nos aísla e individualiza. No genera ningún sentimiento colectivo fuerte’

Por otra parte, para el famoso economista francés Thomas Piketty esta crisis refleja que “debemos invertir más en sistemas de salud y proveer a una mayor igualdad”. En diálogo con La Nación, el experto manifestó: “Realmente espero que la gente se dé cuenta de que necesitamos reinvertir en nuestro estado de bienestar. (…) Deberíamos aprovechar esta oportunidad para desarrollar programas de transferencias de ingresos y proveer servicios básicos de salud”.

Piketty no solo cuestiona el sistema de salud, sino que lo pone en evidencia desde otro de los macroproblemas que el nuevo coronavirus acrecentó y, según algunas voces, debe repensarse: la desigualdad y la distribución de los recursos.

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“No podemos seguir evadiendo el tema de la desigualdad”, expone Chema Vera, director ejecutivo interino de Oxfam Internacional, para Project Syndicate en un texto publicado por EL TIEMPO. “Así como la desigualdad en los países, la que existe entre países ricos y países pobres marcará radicalmente la experiencia de esta pandemia en las personas. (…) Deberíamos preguntarnos cómo llegamos a este punto. ¿Fue de verdad una buena idea el que los gobiernos hicieran de la atención de salud un privilegio pagado en lugar de un derecho fundamental, o pasar por alto la necesidad de un salario básico o protección social para todos? ¿Fue alguna vez inteligente dejar que dos mil multimillonarios posean más riqueza que 4.600 millones de personas juntas?”.

‘Una pandemia solo puede superarse cuando se supera en todas partes’

Y aunque la desigualdad durante la pandemia se ha visto reflejada en el aumento del desempleo y la pobreza, también hay desigualdad en el acceso a la salud, que ahora vemos muy claramente con las discusiones sobre la distribución de la vacuna.
Así lo señaló Jayati Ghosh, secretaria ejecutiva de International Development Economics Associates, en un artículo de Project Syndicate sobre la lucha que se está dando por las vacunas: “Una pandemia solo puede superarse cuando se supera en todas partes. (…)A menos que cambiemos de rumbo, el ‘apartheid’ de la salud mundial se afianzará cada vez más y llevará la desigualdad a nuevas alturas”.

No obstante, si bien hay científicos que insisten en los posibles cambios que el mundo debería implementar a raíz de esta crisis, y que son impostergables, hay analistas que piensan lo contrario y se inclinan por creer que, superada la situación, todo seguirá igual y no habremos aprendido nada.

En esta selección de aportes y reflexiones al respecto están pensadores del mundo de las ciencias humanas que ven el panorama con menos esperanzas. Por un lado, el filósofo español Fernando Savater, en una entrevista con Alconada Mon para el ya mencionado medio bonaerense, subraya que la pandemia no le permite ver nada esperanzador. “No creo que vayamos a salir más fuertes ni más buenos. No. Vamos a salir más pobres, porque esto será un golpe muy grande para todos los países, y causará problemas económicos y laborales enormes. (…) Vamos a seguir siendo lo mismo, pero un poco peor. Creer que los humanos vayamos a dejar de ser lo que somos y nos vayamos a transformar en otra cosa, más angelical, no creo”.

Su argumentación no es insólita. De hecho, el poeta colombiano Juan Manuel Roca explica que por más que la crisis haya afectado muchos sectores de la sociedad global, los problemas estructurales seguirán sin resolverse. Y agrega que no hay tal esperanza de regresar a “la normalidad, pues no me parece que hayamos vivido en ninguna normalidad, sino en una anormalidad que se nos ha enquistado como corriente, como lo que debe ser. Hacia dónde vamos, pues yo tampoco sé”.

“No creo que vayamos a salir más fuertes ni más buenos. No. Vamos a salir más pobres, porque esto será un golpe muy grande para todos los países» explicó el filósofo Fernando Savater.

Foto:

Milton Díaz. EL TIEMPO

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Pero si bien estructuras sólidas como los sistemas de salud, los económicos y los ambientales podrían verse o no realmente afectados, en otras materias como el urbanismo y la educación también surgieron deficiencias durante la crisis y se hicieron visibles problemas para tener en cuenta.

Las maneras en las cuales están construidas las ciudades de hoy se quedaron cortas para enfrentar una situación de estas características
. Así lo expuso Martha Thorne, directora del premio Pritzker, conocido como el Nobel de la arquitectura, en entrevista para EL TIEMPO. “La gente usa la ciudad de distintas maneras. Incluso si el covid-19 desaparece, ¿no sería genial si tuviéramos más flexibilidad al usar la ciudad? Sería bueno tener más opciones. Que la cuadra o el local no sean solo eso, sino un telón de fondo para hacer distintas actividades. Las cosas pueden cambiar durante el día. ¿Eso qué significa para el urbanismo? Significa que la rígida forma como planeamos funciones y usos de la ciudad tiene que ser mucho más flexible. Y creo que tenemos que poner mucho más énfasis en nuestros barrios, para que la gente se sienta segura allí y pueda satisfacer sus necesidades de trabajo, alimentación, entretenimiento…, todo en unas mismas cuadras, sin tener que viajar grandes distancias”.

«Incluso si el covid-19 desaparece, ¿no sería genial si tuviéramos más flexibilidad al usar la ciudad? Sería bueno tener más opciones», expresó Martha Thorne, Directora ejecutiva del Premio Pritzker.

Es lo que propone esta experta, quien insiste en que las grandes metrópolis podrían implementar nuevos modelos que se mostraron urgentes en las circunstancias actuales.

Una visión similar, pero aplicada a la educación, tiene el famoso pedagogo italiano Francesco Tonucci sobre los retos que han enfrentado los sistemas de aprendizaje y sobre cómo la virtualidad expuso los puntos débiles de la pedagogía de hoy.

Con una visión más optimista que otros expertos, Tonucci insiste en que la pandemia “es la mayor oportunidad que hemos tenido en siglos. (…) La distancia social tiene una ventaja porque obliga a romper la clase. (…) La clase no puede seguir trabajando con 25 niños que están frente a un maestro escuchándolo, intentando entender lo que dice y repitiéndolo si el maestro lo pide. Esta es una forma pobre, a nivel cognitivo, que no merece todo el gasto que la escuela necesita y todo el tiempo que requiere, es una inversión a pérdida, por lo cual la pandemia nos obliga a pensar una educación en grupos pequeños”.

Por su parte, el escritor israelí Yuval Noah Harari asegura en una columna que escribió para el ‘Financial Times’, titulada ‘El mundo después del coronavirus’, que “al elegir entre alternativas, debemos preguntarnos no solo cómo superar la amenaza inmediata, sino también qué tipo de mundo habitaremos una vez que pase la tormenta”. Y concluye que la humanidad debe tomar una decisión: “¿Recorreremos el camino de la desunión, o el camino de la solidaridad global? Si elegimos la desunión, no solo prolongará la crisis, sino que probablemente dará lugar a catástrofes aún peores. Si elegimos la solidaridad, será una victoria no solo contra el virus, sino contra todas las futuras epidemias y crisis que podrían asaltar a la humanidad en el siglo XXI”, concluye.

REDACCIÓN DOMINGO
EL TIEMPO

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