En Santa Marta la ciudadanía viene realizando una serie de denuncias sobre los denominados ‘patios rumberos’, fiestas desenfrenadas con alcohol y drogas donde participan menores de edad que protagonizan hechos de alteración del orden público.
Aunado a esta problemática, los samarios vienen quejándose de los vecinos ‘ruidosos’ que, sin importar las horas, encienden sus pickups y ocasionan molestias a las personas que residen en estos barrios.
“Los altos decibeles están afectando a menores de edad, adultos mayores y personas de todas las edades que no soportan esa música tan alta”, dijo un denunciante.
La Policía Metropolitana de Santa Marta ha dicho que los operativos encaminados a apagar esas rumbas continuarán y se darán en las zonas donde se tiene el mayor número de quejas.