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Violencia en el Cauca durante la pandemia por covid-19 – Otras Ciudades – Colombia

Violencia en el Cauca durante la pandemia por covid-19 - Otras Ciudades - Colombia

A los indígenas, afros y campesinos del Cauca no solo les ha tocado montar puestos de control para que el coronavirus no acose a sus comunidades, también permanecen en guardia ante los crímenes y amenazas a sus líderes y comuneros.

La pandemia no ha espantado los hechos violentos. El martes 2 de junio, las alertas se pusieron en rojo cuando hombres que usaban prendas militares llegaron a preguntar por la dirigente Aida Quilcué, la autoridad tradicional Omaira Quilcué y el profesor Emirson Huetia, en el resguardo indígena Pickwe Tha Fiw. Esos uniformados se retiraron al ver la reacción de la comunidad. Además, en el último mes asesinaron a dos indígenas que prestaban guardia en sus comunidades.

Estos sobresaltos hacen parte de un rompecabezas del Cauca, donde se han reportado 63 de los 137 asesinatos de líderes sociales, entre enero y junio, según Indepaz. Siete de las muertes y más de una amenaza se cruzaron en plena cuarentena.

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Para el gobernador del departamento, Elías Larrahondo, el Cauca sufre dos pandemias: la crisis sanitaria y la violencia por cuenta de las disputas entre grupos ilegales. “Seguimos insistiendo en que no solo se trata de acciones que inmiscuyan a la Fuerza Pública, que agradecemos y se han tenido resultados, se trata de inversión social, inversión en proyectos productivos que puedan generar mejores escenarios para que la violencia no siga afectando al departamento”.

No solo se trata de acciones que inmiscuyan a la Fuerza Pública, que agradecemos y se han tenido resultados, se trata de inversión social

Autoridades y comunidades advierten que el asedio a los líderes se presenta bajo la pugna de disidencias y bandas criminales que no aceptan ‘fronteras’ para sus negocios de narcotráfico y minería ilegal, en territorios como los del río Patía, límites con Nariño; o el norte del Cauca y Naya, en límites con el Valle. Mientras tanto, hay otros conflictos relacionados con la tierra y los ataques a quienes son voceros de comunidades.

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Luis Angulo, secretario de Gobierno del Cauca, dijo: “A la fecha hemos impulsado más de 60 solicitudes de protección para los líderes y atendido desplazamientos. El compromiso es total, pero es una situación en la que solos no podemos, por eso hemos hecho exigencia al Gobierno Nacional para que haga presencia no solamente en el componente militar, sino en el social”.

En este departamento se estima que hay cerca de 8.000 hectáreas de coca, la mayor parte en la cordillera Occidental, y otras 300 hectáreas de marihuana en municipios del norte, en límites con el Valle y en ruta a la cordillera Central, donde manda el ‘clan del Golfo’, bajo nombres como ‘Águilas Negras’ o ‘Pelusos’. Los pocos cabecillas detenidos han caído en otros departamentos.

El general Marco Vinicio Mayorga Niño, comandante del Comando Específico del Cauca, dijo que muchos de los asesinatos de civiles son por una lucha interna en un departamento productor de hoja de coca y marihuana, que salen a diario hacia el interior del país y el Pacífico.

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En su análisis refiere que el Cauca suma más de 17.000 hectáreas y su salida estratégica a los ríos Naya y López de Micay lleva a que se disputen estos territorios.

Donde hay narcotráfico, hay violencia

“Donde hay narcotráfico, hay violencia. En estas zonas existe la costumbre, por parte de los grupos armados, de ejercer la violencia para subyugar y controlar al adversario, y a muchos de estos líderes los matan porque los acusan de ser simpatizantes de un grupo y entonces el otro bando cobra venganza y se genera una espiral de violencia”, añadió.

Académicos que estudian los conflictos en la región aseguran que en esta pandemia se han notado movimientos para imponer dominio y aprovechan que ante la parálisis laboral muchos decidieron buscar sustento en cultivos o minería. También anotan que no se debe desconocer la presencia de actores con procedencia paramilitar que operan alrededor de conflictos de la tierra.

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En los municipios no dejan de aparecer panfletos, la mayoría a nombre de disidencias, que fijan hasta horarios para no salir de casa. Esto sucede mientras en el Cauca se han reportado 245 casos positivos de covid-19 (hasta el sábado 20 de junio).

El defensor nacional del Pueblo, Carlos Negret, señaló que a los escollos de seguridad en Cauca se les suman problemas estructurales, como educación, salud y alimentación, y estos solo se puede superar con presencia estatal e inversión social.

“Indígenas, afros y campesinos se dedican a estos cultivos de hoja de coca porque no tienen ninguna otra opción de vida pues ningún padre responsable va a dejar morir a sus hijos de hambre. El atraso en inversión social en el Cauca es de 50 años”, señaló Negret.

En la región, otros bandos fuertes son las tres disidencias de las Farc: la ‘Carlos Patiño’, la ‘Jaime Martínez’ y la ‘Dagoberto Ramos’. También está el Eln.

Negret afirmó que uno de los motivos para el asesinato de los líderes está en que son los principales opositores de los negocios ilícitos en sitios de difícil acceso. “De modo que la situación no es fácil, la Fuerza Pública no puede estar en todos lados”, lamentó.

Para enfrentar estas bandas ilegales que se disputan los territorios, recientemente fueron desplegados más de 8.000 hombres del Ejército en la región.

MICHEL FRANCOIS ROMOLEROUX
Para EL TIEMPO
POPAYÁN

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