‘Visita a Davos traerá inversión por más de US$200 millones’

Atraer inversión extranjera a Colombia es el logro más importante de la reciente visita del presidente Iván Duque Márquez a Davos (Suiza), donde participó en varias reuniones del Foro Económico Mundial. Al cierre del evento, el mandatario habló con Portafolio.

(Lea: Esta forma de capitalismo no es sostenible: fundador de Foro de Davos)

¿Cuál es el balance de su participación en el Foro Económico Mundial?

Logramos cosas muy buenas para el país. Por ejemplo, obtuvimos la sede del Foro Económico Mundial capítulo de Latinoamérica en el 2021, se realizaron más 40 reuniones con inversionistas, donde se hicieron aproximaciones para traer al país inversiones por entre 200 y 300 millones de dólares.

Adicionalmente, quedo muy motivado con la participación de otras organizaciones en iniciativas nuestras como la de transición energética, sembrar 180 millones de árboles de aquí al 2022, el apoyo a la economía circular.

Creo que también se hizo una aproximación con agencias y empresas para que apoyen la población migrante en las zonas de frontera. Hoy, el país está situado de nuevo en el ojo de los inversionistas internacionales.

América Latina ha reducido su presencia en Davos. ¿Esa es una oportunidad para Colombia?

Colombia tiene unas participación activa que debemos fortalecer año tras año. En el 2019 estuvimos acá anunciando el acuerdo de entendimiento para montar el Centro para la Cuarta Revolución Industrial por primera ves en un país hispanoparlante y lo logramos. Este año fue líder nuestra iniciativa de sembrar un trillón (en inglés) de árboles. Colombia va a sembrar 180 millones de árboles de aquí al 2022.

El país también se hizo presente en el tema de seguridad alimentaria. Estamos hablando de la inversión en las zonas rurales. Hay mucho interés de los inversionistas para que Colombia sea un país que pueda producir alimentos, con miras a abastecer de comida los mercados interno y externo. Por último, destacaría cómo Colombia es visto como un polo de desarrollo para tecnologías como internet de las cosas, seguridad cibernética y computación en la nube.

La presencia de Juan Guaidó, fue una novedad del Foro. ¿Cómo analiza usted este hecho?

Creo que fue muy importante la presencia del presidente Guaidó, porque sirvió para generar alerta sobre la magnitud de la crisis humanitaria venezolana. Además, es un llamado a la acción para que jefes de Estado, directores de organismos internacionales y líderes del sector privado se unan en la causa de lograr este año elecciones libres en Venezuela.

También es clave el llamado que él hizo para atender la población migrante. Muchos países de América Latina hemos recibido hermanos venezolanos, pero se requiere movilizar recursos de asistencia internacional. La ayuda ha llegado, pero no en la magnitud en que este problema lo merece.

Los empresarios colombianos son renuentes a venir a Davos ¿Deberían asistir?

Aquí he podido ver empresarios de Centroamérica y Suramérica muy activos en agendas y concretando negocio. Yo creo que para los empresarios colombianos esta es una plataforma que no se puede perder.

¿Qué les dice a quienes critican que su visita de dos días a Davos es muy corta?

Les tengo que decir que en este tiempo hicimos reuniones muy importantes como la realizada en el presidente de Amazon Web Services sobre lo que tiene que ver con servicio en la red, y quien ha hecho inversiones en Colombia y las quiere aumentar. Hemos tenido reuniones con personas que les interesa llegar al país con energía eólica y solar. Una de las grandes compañías productoras de turbinas ve a Colombia como un destino para la inversión, hemos hablado de ampliación de parques industriales en el sector de alimentos y bebidas, y hablamos de la necesidad de mejorar nuestra infraestructura.

¿Cómo analiza el debate frente a la preocupación global por la ola de protestas ciudadanas en el mundo, incluida Colombia?

Yo creo que las manifestaciones son un fenómeno global, que se dan en un momento en donde la democracia es más directa y en el que las redes sociales alimentan los debates. Pero hay que saber diferenciar lo que es un pronunciamiento genuino, auténtico de los ciudadanos para corregir problemas que se vienen acumulando durante décadas, y otra cosa es que se acuda a la violencia, el vandalismo y el pillaje.

Para las manifestaciones genuinas hemos abierto una gran Conversación Nacional, donde con temas como ambiente, educación, lucha contra la corrupción, crecimiento y paz con legalidad, queremos nutrir al Gobierno de las opiniones de la ciudadanía y concentrarnos en lo que nos une y no quedarnos en lo que nos divide. Es muy importante que todo este ejercicio, que tiene muchas reuniones, termine materializándose en acciones que van desde lo regional hasta lo nacional.

En la medida en que entendamos que hay problemas que vienen de mucho tiempo atrás y que este Gobierno, que lleva 18 meses, ha tratado de enfrentar, pero que claramente en el poco tiempo no es posible solucionarlos, pues tiene que fijarse la idea de dejar un progreso para que al finalizar el periodo tengamos una hoja de ruta hacia las soluciones. Eso lo propicia la Conversación Nacional.

Este Gobierno no se quiere situar como antagonista de ningún colombiano, sino que tiene la capacidad de escuchar y construir. Queremos seguir adelante con el progreso.

¿Aspira a seguir viniendo a Davos?

Donde yo crea que mi presencia ayuda a traer más inversión y a movilizar el nombre de Colombia ante la comunidad internacional y/o permita que nuestro país se convierta en un destino atractivo para el mundo, lo haré.

En 18 meses de Gobierno he adelantado una agenda internacional muy nutrida, y creo que como producto de todos estos esfuerzos hemos logrado movilizar para el país cientos de millones de dólares que se han traducido en inversión extranjera directa en regiones, ciudades y en general a todo el pueblo.

PIB GLOBAL: NO HAY QUE DEJAR DE PREOCUPARSE

Todos los años, cuando el nivel de ruido en el Centro de Congresos de Davos baja y la cantidad de personas es menor que en los días anteriores, el evento termina con una mirada profunda a la economía mundial. Así ocurrió ayer, cuando en el salón principal del complejo, se reunieron las cabezas de aquellas entidades que le toman el pulso a lo que pasa en el planeta.

El elenco incluyó a Kristalina Georgieva, la directora ejecutiva del Fondo Monetario Internacional; Christine Lagarde, del Banco Central Europeo; Steven Mnuchin, secretario del Tesoro de Estados Unidos; Haruhiko Koroda, del Banco del Japón; y Olaf Scholz, ministro de Hacienda de Alemania.

Tal como lo señaló Georgieva “estamos mejor en enero de 2020 de lo que creíamos en octubre de 2019: las razones son la disminución de las tensiones comerciales y la política de reducción de tasas de interés por parte de los bancos centrales, pues 49 entidades han recortado el costo de sus fondos en 71 ocasiones”. Por su parte, Lagarde dijo: “Nos encanta ver que se han acordado treguas en materia comercial, algo que servirá para disminuir la incertidumbre”.. “También el futuro del Brexit se está despejando”, reconoció.

Lo anterior no quiere decir que todo sea maravilloso. La expansión del 3,3% en el Producto Interno Bruto global, prevista por el FMI para este año, no es particularmente destacable.

Por otra parte, hay anomalías presentes. La más destacable es que la inflación se mantiene por debajo de las metas de largo plazo, lo cual –en contra de lo que se podría creer– se convierte en un dolor de cabeza. En el escenario ideal, los precios volverán a subir en cerca de 2% anual en las economías desarrollados.

Un motivo de inquietud es que la reducción del costo del dinero a tasas cercanas a cero, ocasiona distorsiones en otros campos. Como las rentabilidades son tan bajas, hay un mayor apetito por inversiones de riesgo con tal de asegurar mejores rendimientos.

No menos inquietante es el aumento en los niveles de deuda, especialmente en las economías emergentes. Tras solo 12 años del estallido de la crisis financiera global del 2008, la cantidad de créditos otorgados supera la de esa época. Debido a ello, el peligro de que un país se vea en líos para cumplir sus obligaciones, dando lugar a una bola de nieve, es mayor ahora. 

Así las cosas se vean mejor y en Davos los ceños fruncidos brillaran por su ausencia, sería un error pensar que la prosperidad está asegurada. No hay que dejar que preocuparse. Este consejo rige para Colombia, cuyo balance del evento fue positivo, pero que no puede ignorar los riesgos internos y externos.

Ricardo Ávila Pinto
Enviado especial

Fuente de la Noticia

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