‘¡Viva Maestro!’ Reseña: Un documental que necesita un director

El director de orquesta venezolano Gustavo Dudamel se ganó su reputación de niño prodigio al dirigir prestigiosas agrupaciones sinfónicas como la Filarmónica de Los Ángeles. Frente a las orquestas que dirige, Dudamel es un cable vivo, sus característicos rizos rebotan con cada movimiento de la varita. Y cuando la música se detiene, Dudamel convierte su pasión por su profesión en defensa, apoyando programas que ayudan a los jóvenes músicos venezolanos a desarrollarse profesionalmente.

El documental “Viva Maestro” sigue a Dudamel, combinando imágenes de vérité de él en los ensayos con entrevistas en las que Dudamel explica cómo las orquestas pueden ayudar a los jóvenes a crear un mundo más hermoso.

La película comienza en 2017, cuando los conflictos políticos y económicos en Venezuela obligan a poner fin a la gira planificada de Dudamel con la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, la principal orquesta juvenil del país. Dudamel se va de Venezuela y se cancela la gira de la orquesta, dejando a los jóvenes integrantes de los Bolívares para unirse a millones de manifestantes en las calles de Venezuela. Pero Dudamel continúa luchando para que sus músicos puedan actuar, organizando conciertos internacionales como una forma de mantener a sus acólitos enfocados en una visión positiva del futuro.

Dudamel es una figura alegremente atractiva, y la película se beneficia de seguir un tema tan amable. Pero el documental carece del rigor que se necesitaría para convertir este cálido retrato en una sinfonía cinematográfica propiamente dicha. Las protestas en Venezuela representan un gran revuelo para Dudamel, llegando incluso a la muerte de uno de sus músicos. Pero el director Ted Braun no se toma el tiempo de mostrar las protestas o de explicar qué las ha provocado, por lo que gran parte del conflicto de la película se siente confuso. Braun prefiere escuchar con cariño las reflexiones de Dudamel en las entrevistas. Pero incluso los oradores más apasionados pueden parecer divagadores con suficiente repetición.

¡Viva Maestro!
No calificado. Duración: 1 hora 39 minutos. En los cines.

Fuente de la Noticia

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