Home Mundo 50 años de amor frente al coronavirus: la mujer que consiguió una autorización especial para internarse con su marido

50 años de amor frente al coronavirus: la mujer que consiguió una autorización especial para internarse con su marido

por Redacción BL
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Eduardo y Loretta Badell se conocieron en su Cuba natal y allí se casaron hace medio siglo.

Eduardo y Loretta Badell se conocieron en su Cuba natal y allí se casaron hace medio siglo.

La regla es que quien está hospitalizado con un diagnóstico de coronavirus debe estar aislado, sin siquiera poder ver a su familia. Pero esa no era una regla que Loretta Badell estaba dispuesta a acatar.

Esta historia de amor empezó hace medio siglo en Cuba. Loretta y Eduardo Badell se enamoraron y se casaron en la isla que los vio nacer. Durante años lucharon juntos para salir adelante en sus profesiones de ingeniero y psicóloga, pero las condiciones políticas y sociales les pusieron trabas que sortearon siempre juntos. Tuvieron que sacar de Cuba primero a sus dos hijos y tiempo después lograron llegar a Miami ellos también. Siempre unidos.

Desde 1993 viven en Estados Unidos donde pasaron tiempos de apremios económicos pero lograron llevar adelante una vida que Loretta cataloga como muy feliz.

“La verdad es que mis recuerdos son todos lindos. No me alcanzan las palabras para describir lo buen esposo, padre y abuelo que ha sido mi marido”, relataba Loretta a Infobae.

EN 1993 dejaron CUba y se mudaron a Miami, Estados Unidos.

EN 1993 dejaron CUba y se mudaron a Miami, Estados Unidos.

Pero la paz de esa buena vida que supieron construir con sus dos hijos y sus cuatro nietos se vio alterada el pasado mes de noviembre. Eduardo llevaba tiempo batallando algunas lagunas mentales que combatía con gracia y esfuerzo. Pero a finales de 2019 le diagnosticaron una demencia no específica que derivó en un deterioro muy vertiginoso de sus facultades mentales. Loretta sin dudarlo un segundo lo cuidó como a un niño, acondicionando su hogar para las nuevas capacidades de su esposo, hasta que en marzo de este año por recomendación médica tuvo que mudar a Eduardo a un hogar de cuidados especiales. Por primera vez en 50 años no vivirían juntos, pero Loretta superaba esa distancia con visitas diarias de hasta cinco horas.

La no convivencia duró poco, porque apenas diez días después de que se mudara al nuevo hogar, Eduardo se contagió de coronavirus. Se enteró porque en los hogares de ancianos les realizan pruebas periódicamente. Jamás presentó síntomas, pero por normativa del estado de Florida todo aquel que se contagie en un hogar de personas mayores debe cumplir el aislamiento ingresado en un hospital. Eduardo no fue la excepción.

“Estuve nueve días sin poder verlo y fueron terribles”, contaba Loretta. Ella había sido evaluada medicamente y las pruebas de COVID 19 le dieron negativo. Los médicos no la dejaban acercarse a su esposo sobre todo considerando que se trata de una mujer de 74 años, lo que podría ponerla en un riesgo mayor.

Loretta logró una autorización especial para poder internarse junto a su marido, que padece de coronavirus y no puede valerse por sí mismo.

Loretta logró una autorización especial para poder internarse junto a su marido, que padece de coronavirus y no puede valerse por sí mismo.

“Para mí no ayudarlo en este momento no era una opción. Hablé con todo el mundo y les hice entender que si cuando un niño está hospitalizado con coronavirus le permiten a un padre que esté junto a él, entonces debían permitirme a mi entrar. Mi esposo hoy es más indefenso que un niño, y no puede expresarse por sí mismo”, decía casi entre lágrimas pero, curiosamente, sin perder la sonrisa, Loretta.

Desde hace 14 días está hospitalizada con su marido. Si bien es acompañante, el protocolo de COVID 19 no permite que salga bajo ninguna circunstancia del cuarto de aislamiento en el que están. Loretta habla maravillas de las enfermeras, pero sabe que nadie va a cuidar a su marido como ella.

Por lo pronto, las pruebas de Eduardo siguen dando positivo. Mientras así sea, deberán permanecer en el hospital. Loretta dice sentirse muy bien y por decisión propia no ha vuelto a realizarse la prueba. El acuerdo con los médicos es que la evaluarán una vez que Eduardo pueda salir del hospital. Sea cual fuera el resultado de ese examen, Loretta va a tener que realizar una cuarentena preventiva después de esta internación. Pero la hará contenta porque sabe que esa va a ser sólo otra de las pruebas que le ha tocado superar junto a Eduardo.

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