Redacción BL
Un juez tomó la decisión por los delitos de homicidio agravado y porte ilegal de armas.
Samuel Enrique Viñas Abomohor, en la noche de Año Nuevo, asesinó a tiros a su ex esposa Clarena Piedad Acosta.
Anoche, en un centro de reposo de Barranquilla, un nuevo fiscal asignado al caso corrigió la polémica decisión de su antecesor, que dejó libre al empresario Enrique Viñas Abomohor, a pesar de que la noche de Año Nuevo mató a tiros a su ex esposa y fue capturado en el sitio de los hechos.
Pasada la medianoche, en una audiencia practicada en la fundación Reencontrarse, la Fiscalía le imputó cargos a Viñas por homicidio agravado y porte ilegal de armas. Un juez de garantías decidió recluirlo en la cárcel El Bosque.
Sin embargo, como la defensa aportó pruebas sobre la supuesta inestabilidad mental del acusado, su paradero depende del dictamen de un perito de Medicina Legal, que lo visitará hoy para evaluar su condición.
Según el abogado defensor de Viñas, el empresario padece de celotipia (celos enfermizos), que lo llevaron, incluso, a perseguir a su esposa hasta Estados Unidos a donde viajó a comienzos del 2009. Señaló que ha sido internado varias veces en este centro siquiátrico y que de ser recluído en una cárcel representa un grave peligro para su salud.
Viñas Abomohor fue capturado en el sitio de los hechos y sin embargo estuvo libre por más de 48 horas.
‘Creo que mi papá lo tenía premeditado’, dice su hija
«A mi papá se lo llevó la Policía sin esposas ni nada. Es algo muy injusto». Este es uno de los recuerdos indelebles que le quedaron a Laura Viñas de la madrugada del primero de enero.
Ese día su padre, Samuel Enrique Viñas Abomohor, asesinó a su mamá, Clarena Piedad Acosta Gómez, en su propia casa.
«Yo no vi cuando la mataron. Mi mamá estaba acostada bocabajo llorando, no se defendió; creo que ya sabía que él la iba a matar. Él me puso la pistola en la frente, nos sacó del cuarto (a Charly, novio de Liliana, hermana de Clarena, y a ella) y a los dos segundos sonaron los dos disparos», cuenta desde Barranquilla esta joven de 20 años, que ayer le entregó su versión a la Fiscalía.
Tras confesar el crimen, el empresario fue recluido en la casa de reposo Reencontrarse. «Él no está loco, sino obsesionado con mi mamá. Desde hace siete meses no hacía nada en el trabajo, sino ver cómo se las ingeniaba para saber todo lo que ella hacía», afirma su hija mayor.
Según ella, los maltratos de Viñas fueron frecuentes en el último año y medio, desde que Clarena le manifestó su intención de separarse: «Siempre la estrujaba con la puerta y la amenazaba con quemar la casa y matarnos, porque sabía que su debilidad éramos nosotros (sus tres hijos)».
Para Laura, quien tuvo que regresar de Londres en junio pasado debido a los problemas de la pareja -que se divorció en septiembre-, la muerte de su madre no es fruto de la ira repentina.
«Mi papá les había dicho a mis hermanos (de 19 y 12 años): ‘Voy a comprar una pistola, pero el primero (de enero) la devuelvo’. Y al portero del edificio donde estaba viviendo le dijo esa misma noche: ‘Nos vemos el otro año… No, mentiras, no te voy a ver por ahora’. Yo creo que lo tenía premeditado», concluye.
