SAINT-QUENTIN-EN-YVELINES, Francia — El golfista británico Tommy Fleetwood se encuentra en un terreno familiar y busca otro trofeo de oro en Le Golf National, esta vez una medalla olímpica en lugar del trofeo de 17 pulgadas de la Ryder Cup.
La persecución por la medalla en el golf masculino comenzó a tomar forma el viernes con Fleetwood compartiendo el liderato de 36 hoyos con el campeón olímpico defensor Xander Schauffele y Hideki Matsuyama, lo que le dio a otra multitud que llenó el estadio mucho poder estelar en la cima.
Schauffele se vio frenado por las hormigas en el rough y logró un 66 de 5 bajo par, igualando el récord olímpico de 36 hoyos que estableció en los Juegos de Tokio. A esto se sumaron un par de finales descuidados. Fleetwood hizo un bogey desde un búnker del fairway para un 64, mientras que Matsuyama pasó del rough al agua para un doble bogey en el 18 y un 68.
Estaban en 11 bajo par 131, dos por delante de Jon Rahm (66).
A veces, Schauffele parece actuar con el piloto automático y no pierde el paso para ganar el Abierto Británico y conseguir su segundo major del año.
Sin embargo, Fleetwood tiene experiencia en esta pista. Ganó el Abierto de Francia en Le Golf National en 2017 y luego brilló en la victoria de la Ryder Cup europea un año después, con un récord de 4-1 en sus partidos.
«Siempre es mejor venir a un campo en el que tienes buenas sensaciones y han sucedido cosas buenas. Así que definitivamente voy a aprovecharlas», dijo. «Pero, una vez más, mañana tengo que estar allí y pegar los golpes de golf. Nada de lo que ha sucedido en el pasado va a hacer eso por mí».
«Es mejor tener buenas sensaciones que tener un recorrido que te destroza».
Schauffele tenía tres birdies seguidos en la curva y todo parecía fácil hasta que tuvo un mal drive en el hoyo 13 y una posición extraña. La pelota estaba enterrada tan profundamente que un oficial metió el dedo en la hierba alta para mostrarle dónde estaba. Schauffele notó algo más: hormigas.
Estaba tratando de posicionar su palo cuando vio algo detrás de su pelota de golf.
«Era un montón de hormigas, un hormiguero, como quieras llamarlo», dijo.
Hay un alivio gratuito de un animal peligroso (las hormigas de fuego están citadas en las reglas), pero éstas no eran de la variedad peligrosa. Un árbitro dijo que Schauffele podía rasparla con su palo, pero Schauffele no estaba seguro de eso. Un segundo árbitro dijo que podía usar su tee para raspar la pila. Todo eso para un tiro que sólo pudo hacer avanzar unas 50 yardas, lo que provocó un bogey.
Ese fue el límite de su drama ese día.
«Cinco bajo par es un buen resultado en esta propiedad», dijo. «En general, estamos en una buena posición de cara al fin de semana».
Scottie Scheffler, el jugador número uno del mundo, está al menos a tiro y está muy contento por ello. Hizo un doble bogey en el séptimo hoyo desde una hierba tan espesa que sólo pudo avanzar el tiro unos 10 pies, y el siguiente sólo unos 80 metros. Estaba 2 sobre par en el día y perdía terreno rápidamente.
«Pánico no es la palabra adecuada», dijo Scheffler. «Pero cuando miras la clasificación, creo que en ese momento estaba nueve golpes por detrás o algo así. En un campo de golf como este, donde las puntuaciones van a seguir bajando, puede ser difícil recuperar el terreno perdido. Necesitaba hacer algo para volver al torneo».
En los últimos nueve hoyos, Scheffler hizo 31 golpes para completar 69 y quedó a cinco golpes de distancia. Los greens habían sido tan desconcertantes para Scheffler que, después de leer mal una oportunidad de birdie de 6 pies en el noveno hoyo, le pidió a su caddie Ted Scott que los leyera el resto del camino y confió en él.
«Por la forma en que me sentía, realmente no iba a estar en desacuerdo con lo que decía», dijo.
Thomas Detry de Bélgica tuvo la ronda baja en 63 que lo colocó a tres golpes del liderato, junto con Tom Kim, de 22 años, de Corea del Sur (68) y CT Pan de Taiwán (65), medallista de bronce de los Juegos de Tokio.
Rahm jugó junto a Schauffele y en un momento dado se encontró a cinco golpes de distancia, pero el corpulento español consiguió tres birdies consecutivos en la mitad de los últimos nueve hoyos, incluido un golpe de salida a 3 pies en el par 3 del hoyo 16, y salvó el par en el último hoyo.
Es la primera vez que compite en un gran escenario este año. Rahm quedó séptimo en el Abierto Británico, su mejor resultado en un torneo importante, aunque nunca estuvo realmente en la pelea. Ahora sí lo está, y pudo ver bien lo que le espera en Schauffele aprovechando la ola de impulso.
«Lo que ha hecho Xander este año pesa mucho más que la medalla de hace tres años», dijo Rahm. Y añadió entre risas: «Y no se lo he dicho porque no quiero recordarle todas las cosas buenas que ha conseguido».
Rory McIlroy se encontraba seis golpes detrás, pero su gran impulso se vio frenado al final por un doble bogey en el rough profundo del hoyo 17.
«Demasiados errores, historia similar a la de ayer», dijo.
