El tema del acoso laboral es tan amplio y puede implicar tantos factores que para el caso en concreto ha tardado más de un año en encontrar la debida atención.
En el paraíso también se sufre y es que Altagracia, es eso, un paraíso para vivir, pasear, estudiar y trabajar o al menos eso parece. La sede principal de la Institución Educativa Gonzalo Mejía Echeverry, posee todos los atributos (clima, ubicación e infraestructura) para realizar las actividades en un ambiente cordial, pero esa dicha está lejos de ser la realidad de varios docentes. Hasta los estudiantes debieron pedir que los dejaran por fuera de este problema, porque las presiones aumentaron, a tal grado que la representante al Consejo Directivo renunció y dejó una carta al no sentir garantías.
La rectora y el coordinador llegaron por el mismo tiempo a la I.E., fue durante 2021, cuando se daba de nuevo la transición entre la virtualidad y la presencialidad. Los docentes involucrados tienen un vasto historial clínico y laboral (refieren ya no querer nada con la vida. Sienten que nadie los ayuda, por eso tocaron a las puertas de los medios).
El jefe de Núcleo N°1 también tiene su oficina en la Institución, pero no se encontraba y como la secretaria no está autorizada para entregar el número celular, se procedió a dejar el teléfono para que se comunicara, pero esto tampoco pasó.
Lo que dice la rectora
Vía telefónica se tuvo contacto con la señora Luz Stella Gómez, rectora del colegio, quien comentó que “tenemos acoso laboral, cuatro docentes han puesto la queja (tres mujeres y un compañero que es de la comunidad LGTBIQ+). Esto es difícil de demostrar, pero nosotros tenemos un audio que el coordinador envió accidentalmente, esto se llevó ante Consejo Directivo del colegio y Secretaría de Educación, por lo que se decidió entregarles al coordinador, pero lo retornaron aduciendo que no encontraban la carta del Consejo y después que no había Plan de mejoramiento”.
La rectora anotó que el coordinador busca la forma de provocar y es obvio que no existe buena relación entre ellos y por lo tanto a la reunión de hoy ella deberá asistir pero en calidad de acosadora, porque el señor Carlos Enrique Henao, también puso una queja en su contra. “Lo emocional es muy delicado, los profesores están muy lesionados en su integridad”. Este tema llama mucho la atención por el lado que se aborde, ya que pasado mañana es 25N, un día para visibilizar y eliminar las diferentes violencias contra la mujer.
El caso del profesor Jorge
Para el docente de Tecnología e Informática, Jorge Iván Gómez, ni el conducto regular ha sido efectivo. Él pidió su traslado para Altagracia, luego de 12 años de trabajar en Villasantana. Ante los ajustes de horarios que se hacen vía grupo de Whatsapp, el profesor quedaba sin la información, porque el coordinador lo eliminó del grupo, ‘para castigarlo’ lo que ocasionó que en repetidas ocasiones estuviera deshoras en el colegio. Además, existe la desconexión laboral y en ocasiones las modificaciones eran enviadas tipo 10:00 p.m.
“Han sido varios eventos y varios momentos desde finales de 2022, cuando el coordinador me increpó por un proceso con los estudiantes de 11, lo hizo delante de una estudiante y en la cafetería, si va a llamar la atención debe hacerlo de manera privada y lo manifesté por escrito, la rectora pidió que subsanáramos el incidente cosa que nunca pasó. Cuando ellos han estado ausentes la rectora me deja de coordinador encargado y el señor me dijo que lo que yo quería era su puesto, si así fuera hubiera concursado, pero me gusta ser docente”.
Jorge Iván Gómez, docente de Tecnología e Informática.La tristeza de la profe
Daniela Ocampo es una joven maestra de inglés que se muestra angustiada, ella ha pasado gran parte del año incapacitada, no puede conciliar el sueño y por el estrés laboral que le ha causado el coordinador han debido darle medicación y hospitalizarla, cuando era una deportista que practicaba Crossfit y Natación de alto rendimiento.
Su primer diagnóstico se dio a razón de un paquete de exámenes que la IPS Bienestar Salud les practicó. Ella fue la última en radicar la denuncia en contra de Henao, porque era la cuarta vez que inicia el proceso, ya que siempre faltaba algo. Ella refiere sentirse agotada, siente temor hasta de conducir, porque la medicación le produce sueño. Es exalumna del Gonzalo Mejía, vive en Altagracia, y no considera justo tener que pedir un traslado por esta presión.
La voz oficial
Liliana Zapata, la secretaria, amablemente contestó a estas inquietudes: “Totalmente tenemos conocimiento y no es que no hayamos dado respuesta. Para eso se cita el debido proceso y se lleva a un comité de bienestar donde se llevan las pruebas, tenemos un equipo consolidado con Resolución y representantes del sindicato, de los docentes y de la Secretaría. Nosotros no podemos hacer actuaciones por requerimientos que no tengamos el debido proceso o retirar a una persona de su cargo, porque son docentes de carrera, nombrados para esas actividades”.
Dicho comité según la explicación, escucha las partes, delibera, hace revisión jurídica y de ahí sale la conciliación de las actividades que se pueden hacer y ante la pregunta por qué tardaron tanto, la funcionaria dijo: “El debido proceso no se estableció, no es que un profesor mande una carta y diga estoy cansado, lo debía instaurar la rectoría y no se hizo”.
Según la legislación
En Colombia, la Ley 1010 del 2006 estableció que acoso laboral es toda conducta persistente y demostrable ejercida sobre un empleado o trabajador “por parte de un empleador, un jefe o superior jerárquico inmediato o mediato, un compañero de trabajo o un subalterno, encaminada a infundir miedo, intimidación, terror y angustia, a causar perjuicio laboral, generar desmotivación en el trabajo, o inducir la renuncia del mismo”.
