La Cámara de Diputados aprobó la norma, aunque pidió al presidente Sebastián Piñera que vete parte de sus alcances. El objetivo es atacar el sobrepeso y la obesidad infantil. También regula la publicidad
La iniciativa contó con el apoyo de 80 diputados, mientras que 3 votaron en contra y 8 se abstuvieron. Los legisladores siguieron un compromiso parlamentario, asumido en el Senado, de dar curso a la ley pero invocar el veto presidencial para zanjar puntos divergentes.
"Se convirtió en un proyecto imperfecto, por lo que consideramos necesario un veto presidencial", señaló el presidente de la comisión de Salud de la Cámara Baja, Javier Macaya. "Estamos muy contentos de que tanto parlamentarios de la oposición como de la coalición gobernante le hayamos solicitado al presidente de la República que haga efectiva esta facultad que posee", agregó.
Los puntos divergentes son la extensión de la prohibición de venta de alimentos ricos en grasa, azúcares y sodio, como confites y gaseosas, a universidades e institutos de educación superior. Con el veto se acotará sólo a colegios y se eliminará también la prohibición a la publicidad de la leche sucedánea materna.
Le ley, que es fuertemente resistida por los industriales, regulará, además, el etiquetado de los alimentos envasados, que deberán advertir su alto contenido de grasa, azúcar y sodio. No alcanza, sin embargo, a la comida preparada, pero sí regula los obsequios que se entregan con ella para incentivar su consumo.
Los impulsores de la norma indicaron que su objetivo es frenar el aumento del sobrepeso, que afecta a uno de cada cuatro niños chilenos.
Fuente: AFP