Las siguientes frases pueden ocasionar un ataque de pánico si te agarran desprevenida: "¿Qué hay de comer?", "Tengo hambre. ¿Qué cocinaste?" o "¿A qué hora comemos?". El pavor comienza cuando te das cuenta que ni siquiera tienes una comida en mente para preparar.
El crear un calendario de comidas durante el fin de semana – o cualquier otro momento conveniente – te ayudará a no correr al primer restaurante de comida rápida en desesperación. Tomar un momento para crear un plan de comidas te ayudará a ahorrar tiempo y estrés más adelante durante la semana.
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Selecciona recetas. Conoces a tu familia, sus gustos y necesidades. Escribe una lista de ideas, con los platos predilectos de tus hijos y algunas recetas nuevas para introducir variedad. Puedes hacer un listado de entradas principales por categorías como pollo, carne o pescado e ideas de complementos para alternar: pasta, arroces, vegetales.
Asigna días. Determina qué comidas hacer cuáles días. Trata de hacer un listado de recetas que permita una rotación de unas tres semanas para que la hora de la cena no se vuelva monótona. El itinerario de tu familia te ayudará a asignar los platos. La tarde que tengas que llevar a tu hija a la clase de ballet y a tu hijo a la práctica de béisbol, no es la ideal para hacer una receta elaborada sino algo más sencillo que requiera poco tiempo.
Adelanta. Cuando dispongas del tiempo, adelanta comidas para la semana. Por ejemplo, si deseas hacer una lasaña, organízate de tal forma que al preparar la carne molida puedas separar una porción para hacer albóndigas para una noche de espagueti. Puedes también preparar salsas que transformen un pollo o pescado.
Alacena. Mira tu alacena para ver lo que tienes disponible y hacer una lista de compras de acuerdo a lo que necesites. El ir al supermercado con una idea clara de lo que comprarás también aportará al presupuesto familiar y a no desperdiciar alimentos.
