Ayudando a nuestros cuerpos a combatir el calor

Los períodos de calor extremo (incluso un solo día en el que el termómetro alcance los 35 °C) se asocian con un mayor riesgo de lesiones, hospitalización y muerte. Cuando el cuerpo se calienta demasiado, el corazón y los riñones no funcionan correctamente. Esta respuesta fisiológica al calor puede tener efectos nocivos para la salud.

«El riesgo depende de la capacidad de nuestro cuerpo para defenderse y mantener bajo control su temperatura interna y su presión arterial», explicó Daniel Gagnon, profesor asociado de la Facultad de Kinesiología y Ciencias del Ejercicio de la Universidad de Montreal. «Estar sano y activo físicamente proporciona cierta protección. Pero a medida que envejecemos, la capacidad de nuestro cuerpo para disipar el calor disminuye, lo que nos hace más susceptibles a sufrir un golpe de calor».

Hay dos grupos de edad especialmente vulnerables a los efectos del calor extremo: los niños pequeños y las personas mayores de 70 años, especialmente aquellas con enfermedades preexistentes. En un estudio reciente, Gagnon comparó los efectos del calor extremo en adultos jóvenes y adultos mayores sanos con y sin enfermedades cardíacas.

Los resultados fueron sorprendentes: en más de un tercio de los adultos mayores con enfermedades cardíacas, el cuerpo se desreguló y el corazón tuvo dificultades para obtener suficiente oxígeno para soportar el esfuerzo que requiere el calor.

La aclimatación es clave

Afortunadamente, el cuerpo humano es capaz de aclimatarse al calor, pero necesita tiempo y exposición regular para lograrlo. Experimentos en investigaciones militares y deportivas han demostrado que siete días consecutivos de baños calientes y 1,5 horas de ejercicio moderado mejoraron la tolerancia al calor en los participantes.

Para encontrar soluciones más adaptadas a la población general, Gagnon y su equipo experimentaron con saunas finlandesas para personas mayores con enfermedades cardíacas.

«Los participantes pudieron aumentar gradualmente su exposición de dos sesiones de 10 minutos a dos sesiones de 15 minutos», informó Gagnon. «También experimentaron un aumento de la transpiración, un signo clásico de aclimatación al calor».

Aunque todavía se encuentra en sus primeras etapas, la investigación sobre la adaptación al calor avanza rápidamente en respuesta a la emergencia climática. Gagnon ha puesto en marcha un estudio a gran escala para comprender mejor los riesgos para la salud asociados al calor extremo y tiene previsto reclutar a 1.000 participantes mayores de 18 años.

«Los resultados, que estarán disponibles dentro de unos años, profundizarán nuestra comprensión de los mecanismos subyacentes y nos ayudarán a desarrollar estrategias de prevención más específicas», dijo.

Consejos para mantenerse fresco

Mientras tanto, aquí están los consejos de Gagnon para afrontar nuestros veranos cada vez más calurosos:

• Utilice un ventilador eléctrico, un método especialmente eficaz en climas húmedos como el de Quebec. Pero recuerde: el uso de un ventilador puede ser contraproducente en condiciones de humedad muy baja o con temperaturas superiores a los 40 °C.
• Lávese regularmente con una esponja con agua fría.
• Remoje sus pies en agua fría.
• Manténgase conectado socialmente (especialmente importante para las personas mayores y las personas socialmente aisladas).
• Ajuste el aire acondicionado a 25 °C en lugar de 20 °C para aumentar su tolerancia a temperaturas más altas (y reducir el consumo de energía).