“Una de las grandes problemáticas que tenemos es el tema del agua, la comunidad tiene que abastecerse de este preciado líquido en un jagüey donde los animales también consumen el agua. Tenemos adulto mayores,, niños que en ocasiones se han visto afacetados por el agua contaminada”, manifestó Lisa Daza Crespo, líder social del corregimiento.
Para esta comunidad, su lucha ha sido incansable para que la nación les reestablezca sus derechos luego de ser víctimas de desplazamiento por parte de grupos paramilitares en el año de 1999.
“Esta ha sido una lucha incansable por el restablecimiento de nuestros derechos; a lo largo de este proceso nos ha tocado llegar hasta las vías de hecho para poder tener poquito cumplimiento a las garantías de la permanencia en el corregimiento. Hemos sido una comunidad masacrada, arrasada y aún hoy en día estamos siendo victimizada por el mismo estado, ya que tenemos una sentencia emitida el 16 de diciembre de 2016 por el tribunal superior de Antioquia y hasta la fecha el incumplimiento institucional no permiten que nuestra comunidad avance y pueda tener un efectivo de derechos”,
Otra de las problemáticas que viven en esta población es la educación, teniendo en cuenta que, los niños llevan alrededor de tres años recibiendo clases en un rancho de palma, además de la falta de oportunidad de empleo, mejores vías de acceso, entre otras situaciones que según ellos no se ha cumplido a pesar de una sentencia que obliga al estado a repararlos.
Ante esto, la comunidad pide mayor compromiso al gobierno municipal, el cual les ha venido incumpliendo, así como al gobierno departamental, de quien dicen no ha volteado su irada hacia este territorio.
El 7 de junio de 1999, en el corregimiento de Salaminita incursionó un grupo paramilitar al mando de alias ‘Esteban’, alrededor de 40 hombres fueron de casa en casa y reunieron a la comunidad en el centro del pueblo, en esa reunión sacaron a la inspectora de Policía y dos pobladoras más y delante de todos los asesinaron, causando pánico entre la multitud que no le quedó de otra que huir esa misma noche hacia Fundación, dejando el pueblo totalmente abandonado. Por lo que desde hace años intentan retornar a su vida en la población, encontrándose con otro gran enemigo, el olvido por parte del estado.
