En septiembre de este año, los consumidores colombianos mostraron un ligero repunte en su confianza, según el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) presentado por Fedesarrollo, el cual si bien trae buenas noticias, deja claro que hay varios puntos de la economía que todavía generan temor en las calles.
Para esta oportunidad, el índice aumentó en 0,9 puntos porcentuales respecto al mes anterior, alcanzando un balance de -17,9%. Este incremento se debió principalmente a una mejoría en el Índice de Condiciones Económicas, que aumentó en 2,7 puntos porcentuales. Sin embargo, este progreso fue parcialmente contrarrestado por una disminución de 0,3 puntos porcentuales en el Índice de Expectativas del Consumidor.
Con esto queda claro que los consumidores colombianos mantienen una perspectiva cautelosa sobre la economía y que aunque el incremento en la confianza es un indicador positivo, el balance sigue en territorio negativo, lo que indica que la mayoría de los consumidores siguen siendo pesimistas sobre las condiciones económicas en el mediano y largo plazo.
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Cabe resaltar, que según Fedesarrollo, este indicador se compone de cinco componentes que evalúan las expectativas de los hogares a un año y la percepción actual sobre la economía, mediante componentes de expectativas que incluyen preguntas sobre el futuro económico de los hogares y del país, mientras que los de condiciones actuales evalúan la percepción sobre la situación económica presente.
Caída del consumo
En comparación con agosto, el incremento en el ICC se debe a una mejora en el Índice de Expectativas del Consumidor, lo que sugiere una ligera esperanza en el futuro económico del país. Sin embargo, esta mejora fue atenuada por una disminución en el Índice de Condiciones Económicas, reflejando preocupaciones continuas sobre la situación económica actual.
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Al desglosar los datos por ciudad, se observa que la confianza de los consumidores aumentó en tres de las cinco ciudades analizadas. Las variaciones más significativas se registraron en Bucaramanga, donde el ICC aumentó en 10,1 puntos porcentuales, y en Medellín, con un incremento de 0,9 puntos porcentuales. Cali y Barranquilla experimentaron disminuciones en su confianza, cayendo en 3,3 y 1,6 puntos porcentuales respectivamente.
Además, el nivel socioeconómico también influyó en los resultados del ICC. Los consumidores de estratos socioeconómicos alto y bajo mostraron un aumento en su confianza en septiembre, con incrementos de 9,7 y 3,3 puntos porcentuales respectivamente. En contraste, el estrato medio experimentó una disminución de 2,3 puntos porcentuales en su confianza.
De esta forma queda claro que a pesar del repunte en la confianza, los consumidores colombianos siguen siendo cautelosos en sus perspectivas económicas. La incertidumbre persistente sobre la economía nacional y mundial continúa afectando la confianza del consumidor, lo que se refleja en la precaución al gastar y en las decisiones de compra.
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A medida que la economía se recupera lentamente, será fundamental monitorear de cerca estos indicadores para entender mejor las tendencias del consumidor y adaptar las políticas económicas en consecuencia.
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