La gobernación de Risaralda impuso multa de $477 millones al contratista Efraín Cuncunuba Bermúdez tras el atraso de la obra de la vía Japón-Frailes, en Dosquebradas, Risaralda.
Esta determinación se dio después de varias audiencias públicas que debieron ser aplazadas o suspendidas para dar garantías tanto administrativas como jurídicas al contratista. El atraso es del 65 por ciento, en 114 días.
Federico Cano, secretario jurídico departamental, fue enfático en aclarar que así haya retrasos, la obra va a continuar porque no ha caducado el contrato.
El pasado viernes, 6 de marzo, en audiencia pública se sancionó al consorcio encargado de este contrato, pero hasta este 9 de marzo, se hizo pública la suma que debe pagar el contratista C&C.
Cano añadió que “estas multas son un apremio al contratista para que cumpla con las obligaciones que le son propias».(Le recomendamos: Dos mujeres de temple, con 144 hombres a su mando)
Sé que no es una obra de un día para otro, pero es muy lento el proceso que han tenido
Cabe resaltar que solo se ha ejecutado alrededor del 13 por ciento, es decir, se ve reflejado en los cerca de 350 metros que están listos, por esta vía de una extensión de 3,5 kilómetros, que inicia en el sector el Chalet La Popa, continúa por el barrio el Japón y finaliza, en la zona denominada Los Comuneros, en Frailes.
La obra además contempla 78 rampas en concreto para que las personas con movilidad reducida puedan transitar por el andén y pisos en loseta para beneficiar a personas con discapacidad visual.
El pasado miércoles, 5 de febrero, se llevó a cabo una audiencia para realizar el debido proceso al contratista C&C por las demoras en el proceso.
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En materia de ejecución de recursos el retraso también es notorio, pues en el mes de enero el contratista debió haber invertido cerca $3.900 millones y según, el último corte se han destinado $836 millones de pesos. En total en este proyecto se tiene estimado destinar $5.102 millones del Sistema General de Regalías.
Ruben Salgado, habitante del sector: “Sé que no es una obra de un día para otro, pero es muy lento el proceso que han tenido. A uno es el que le toca asumir el polvo que genera la obra además del taco que en ocasiones supera los 30 minutos”.
El sector que más se ha visto perjudicado es el comercio, además de los habitantes, que necesitan transitar entre Dosquebradas y Pereira.
PEREIRA
