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CORONAVIRUS ¿PLAN SINIESTRO?

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Nueva York, epicentro de la pandemia mundial, afronta un impacto "catastrófico"

La tragedia que vive los Estados Unidos por la crisis del Coronavirus es de no creer. A pesar de las alarmas cuando todo esto empezó en diciembre en China, el poderoso país norteamericano no se preparó. Las consecuencias la pagan más de medio millón de infectados y casi 21 mil muertos a la fecha de publicación de esta columna.

Arrogancia o descuido, o tal vez intencional como algunas personas creen, por parte del gobierno federal con Donald Trump a la cabeza, se hizo que no se tomaran las dos opciones más eficaces para controlar el avance de la pandemia como son aislamiento forzado y pruebas masivas. A comienzos de marzo, hace un poco más de un mes, Trump comparaba al Covid-19 con la gripa y esgrimía que el país nunca se había cerrado por gripas.

Pero la responsabilidad de la catástrofe que vive la ciudad de Nueva York y todo el estado de Nueva York, no la tiene sólo el presidente Trump. El gobernador Andrew Cuomo y el alcalde Bill DeBlassio se enfrascaron a mediados de marzo en una discusión sobre el aislamiento. Por un lado, DeBlassio le pedía a Cuomo que decretara el aislamiento; pero por otro lado, el gobernador decía que no era necesario. La única persona que tenía el poder para hacerlo era Cuomo, pero lo vino a decretar un par se semanas después, cuando la epidemia ya había tomado su fuerza incontrolable y estaba azotando a la ciudad de Nueva York con más sevicia.

Los Estados Unidos de América es una nación federal, donde cada estado tiene autonomía, incluso tienen su propio Senado y Constitución. Por eso es que la responsabilidad de que la pandemia haya sobrepasado el medio millón de infectados en todo el país, la tienen compartida los gobernadores y alcaldes junto con el señor Trump. El gobernador de Nueva York pudo haber decretado una cuarentena obligatoria para todo el estado, pero no lo hizo. Incluso, cuando ya todo esto se les salió de las manos, tanto a Cuomo como a DeBlassio, decretaron un aislamiento pero voluntario porque no querían afectar más la economía.

El Covid-19 ha demostrado que arrasa por igual gente y economía, porque al final, países que no se confinaron a tiempo como Italia y España, hoy viven bajo una cuarentena obligatoria y todo lo que ello implica económicamente, medida tomada después de ver como el sistema de salud les colapsaba por la cantidad de enfermos y muertos. Tarde, pero se tomó la medida más extrema para ponerle freno al avance del Coronavirus, la cuarentena y además obligatoria.

Sin embargo, los Estados Unidos no contempló y no lo sigue contemplando, de declarar cuarentena obligatoria, porque acá se le ha dado prioridad a la economía. Las estadísticas están castigando de una manera brutal al país del norte, con cifras en centenares de miles de infectados y miles de muertos. Esto es el resultado de apostarle a la economía antes que a la gente, pero su clase dirigente ni se inmuta ni se avergüenza de ser el epicentro mundial de la pandemia y de tener el número aterrador de infecciones más elevado que cualquier otro país afectado por el Covid-19.

Algunas personas hacen una lectura un tanto macabra y argumentan que pareciera haber un plan siniestro ante el resultado devastador del virus en el país del norte. Si bien es cierto que no se toman medidas extremas para no afectar más de lo que ya está la economía, también es cierto que la incidencia del virus es mayormente en adultos mayores y personas con condiciones de salud preexistentes, además que el virus apenas si alcanza el 1% de mortalidad dentro de los enfermos, un porcentaje muy bajo en comparación con el virus del ébola cuya mortalidad es del 70%. Lo macabro está en pensar que la clase dirigente ha dejado que el virus siga su camino e infecte al mayor número de personas hasta llegar a la inmunidad de grupo, conocida también como rebaño. De esta manera, la fuerza laboral adquirirá la inmunidad al virus y queda lista nuevamente para volver a sus labores.

Pero esta teoría conspirativa de la cual hablan algunos, tiene otro componente macabro. Para los Estados Unidos, las personas de la tercera edad y aquellas más jóvenes pero con problemas de salud, son una carga para el sistema de beneficios y pensional, así que la muerte de ellos “aliviaría” un poco al país de esta carga social.

La verdad es que este pésimo manejo de la pandemia en los Estados Unidos da mucho qué pensar. En una próxima columna hablaremos de cómo está afectando a la comunidad de origen latino que vive en Nueva York, donde 34 de cada 100 muertes por coronavirus, son hispanas.  

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