Los investigadores dijeron que un análisis de fósiles de mamíferos de la época del Paleoceno, que abarca los 10 millones de años después de que el asteroide acabara con las tres cuartas partes de las especies de la Tierra, encontró que mientras sus cuerpos se hicieron mucho más grandes, el tamaño de su cerebro en relación con la masa corporal en realidad disminuyó.
Los hallazgos contradicen la noción de que fue la inteligencia lo que llevó a los mamíferos, jugadores secundarios durante la era de los dinosaurios, a convertirse en los nuevos gobernantes del planeta luego de la extinción masiva al final del Período Cretácico.
“El proceso para lograr que emergieran grandes cerebros en los mamíferos después de la extinción fue mucho más lento de lo que pensábamos anteriormente”, dijo Ornella Bertrand, investigadora postdoctoral en paleontología de mamíferos en la Universidad de Edimburgo y autora principal del estudio publicado en la revista Science.
Los investigadores realizaron tomografías computarizadas en fósiles de 28 especímenes de mamíferos del Paleoceno y 96 de la época del Eoceno posterior, que abarca hace 56-34 millones de años. Evaluaron el tamaño del cerebro y el desarrollo de componentes cerebrales específicos. Descubrieron que el crecimiento del cerebro se inició durante el Eoceno, junto con un cambio en la importancia de varias funciones.
