Noticias Popayán.
El alcalde respondió que “defendemos la protesta social” pero rechazó “la violencia, agredir un símbolo de la ciudad multicultural”. La estatua fue derribada.
El 25 junio del 2020 (calendario cósmico Misak) se determinó que Sebastián de Belalcázar era “culpable de genocidio, despojo” y otros delitos, según un juicio del Pueblo Misak de la María Piendamó Cauca, así este miércoles 16 de agosto concretaron la sentencia, tumbar la estatua que se erigía en el Morro de Tulcán en Popayán.
Este fue un juicio de los Piurek -hijos del agua- descendientes de los pubenences a Sebastián Moyano y Cabrera, “alias Sebastián de Belalcázar , quien la historia de la voz racista y colonial llaman el conquistador de Popayán (y Cali)”.
Es un juicio más de cuatro siglos después de la llegada del español a tierras caucanas.
“Justicia”
Ahora, se le acusa de “genocidio, despojo, esclavitud, acaparamiento de tierras, desaparición física y cultural de los pueblos que hacían parte de la Confederación Pubenence” entre otros delitos, incluso “tortura como empalamiento y ataques con perros a los guerreros Misak”.
La prueba del Pueblo Misak, plasmada en el documento que hicieron, son todos los escritos que hay sobre la conquista en Popayán.
A los pies del monumento de Sebastián de Belalcázar en su caballo, los indígenas gritaron “¡Abajo!”.
“Nos encontramos hoy aquí después de más 485 años, reclamando justicia por la memoria de la resistencia y reexistencias de nuestros Taita Payan, Yanguez, Calambas y Petecuy y Mama Machagara”.
“Se declara que el hoy llamado Morro de Tulcán debe honrarse como territorio sagrado del Pueblo Misak como herederos directos de la gran Confederación (Valle de Pubenza) del pueblo pubenence”, indica el comunicado.
Tras la caída del monumento, de quien también fundó Cali en el Valle del Cauca, “convocamos al Estado colombiano (…) exigimos la reparación histórica en tiempos de racismo, discriminación, feminicidios, corrupción y asesinatos de líderes sociales”.
No especifican por ahora qué tipo de reparación exigen.
Tampoco, han informado aún si esta forma de protesta tumbando el monumento está relacionada con el movimiento que antes del inicio de la pandemia empezó a proponer que los monumentos de Belalcázar y otros en el resto del país, fueran tumbados y reemplazados.
¿División?
Los indígenas Misak y Autoridades Indígenas del Sur Occidente, AISO, llegaron al morro para a las 3 de la tarde ofrecer una rueda de prensa, allí leyeron el comunicado y tumbaron su estatua.
La Policía estaba en el lugar, porque se había convocado una manifestación y estaban haciendo acompañamiento.
Cuando se procedió a tumbar la estatua, no intervinieron.
El alcalde Juan Carlos López Castrillón rechazó el gesto de los indígenas y les dijo que Popayán “es una ciudad multicultural”.
“Repudiamos la violencia, agredir un símbolo de la ciudad, una ciudad multicultural, diversa, que ha acogido a miles de personas y las seguirá acogiendo”.
Llamó a “no caer en la trampa de la violencia porque eso, trae más violencia”.
No aceptó el gesto de derribar a Sebastián de Belalcázar . “Esperemos que esto que ha pasado hoy, no sea para dividir”.
El alcalde Juan Carlos López Castrillón (@jclopezcastri), dijo que actos como estos «traen más violencia». Acudió hasta el morro, dijo que apoyan la protesta social pero pidió respeto para «una ciudad multicultural». pic.twitter.com/07ov7u6Fjv
— TuBarco (@tubarconews) September 16, 2020
La estatua de Sebastián de Belalcázar en Cali se encuentra en el oeste de la ciudad, y se ha convertido además, en un sitio icónico del turismo.
El concejal de Cali Terry Hurtado, propuso en junio retirar la estatua “porque Belalcázar promovió la masacre indígena de Cajamarca hace más de 480 años”.
Y ese debate no es nuevo.
Impreciso. Cuando Belalcázar encomendó a Don Miguel López Muñoz la fundación de esta ciudad, no habían llegado negros aún procedentes de África. Imputarle muertes de afrocolombianos al Conquistador es impreciso. Respeto tu propuesta, pero no la comparto.
— Manuel de Caycedo (@elalferezreal) March 10, 2019