Lomé, Togo – El partido gobernante de Togo, UNIR, dirigido por el Presidente Faure Gnassingbe, ha conseguido una victoria dominante en las recientes elecciones legislativas, consiguiendo 108 de 113 escaños, según los resultados provisionales finales anunciados el viernes.
Esta mayoría sustancial se produce poco después de la implementación de polémicas reformas constitucionales que podrían extender significativamente el mandato de 19 años de Gnassingbé.
Estas reformas, ratificadas por el parlamento saliente en marzo, hicieron la transición del gobierno a un sistema parlamentario, donde el presidente ya no será elegido mediante sufragio universal sino que será seleccionado por el parlamento.
Este cambio ha generado preocupación entre los partidos de oposición, que estaban interesados en obtener una mayor representación en las elecciones del 29 de abril para desafiar el dominio del partido UNIR. La oposición había boicoteado las elecciones legislativas anteriores, lo que dio como resultado el control indiscutible de UNIR.
En las elecciones, que se habían pospuesto dos veces debido a la reacción de la oposición, se produjeron cambios constitucionales que, según los críticos, podrían permitir al presidente Gnassingbé permanecer en el poder indefinidamente.
A pesar de estas preocupaciones, las enmiendas recibieron aprobación unánime en una segunda votación parlamentaria a principios de abril, introduciendo un límite de mandato presidencial de cuatro años, frente a cinco, con un límite de dos mandatos. Sin embargo, estos límites de mandato no se aplican retroactivamente al tiempo ya cumplido, lo que potencialmente permitiría al presidente Gnassingbé permanecer en el cargo hasta 2033 si es reelegido después de que finalice su mandato actual en 2025.
Esta victoria legislativa de UNIR y las controvertidas reformas constitucionales han provocado un importante debate en Togo sobre el futuro de sus procesos democráticos y la concentración del poder político.
Mientras el país navega por estos cambios constitucionales, la comunidad internacional y los grupos de oposición locales continúan analizando las implicaciones para la gobernanza y la pluralidad política en Togo.
