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El ‘viacrucis’ de la fauna silvestre

por Redacción BL
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OTRO ANIMALES como las tortugas

POR 
KATIA 
VÁSQUEZ 

El arraigo cultural y la creencia religiosa de que en Cuaresma y Semana Santa no se debe consumir carne roja se convierten en un verdadero calvario para algunas especies de fauna silvestre en esta época del año. 

La Semana Santa se ha convertido a lo largo de la historia, en una época propicia para la reflexión, el recogimiento, el esparcimiento y la relajación, asimismo, ha sido una fecha idónea para afianzar tradiciones y costumbres arraigadas al contexto social. En las diferentes regiones de Colombia, estas creencias emergen de la cultura popular y otras son promulgadas por la Iglesia, como es el caso de la abstinencia frente al consumo de determinados alimentos y la participación de los feligreses en las distintas actividades litúrgicas de la semana.

 Ahora bien, en los últimos años ha perdurado una práctica ilegal en determinadas zonas del país, más exactamente en el caribe colombiano, que consiste en la comercialización y consumo de algunas especies silvestres como una alternativa ante la tradición católica que prohíbe el consumo de carnes rojas durante los días de cuaresma, una situación que ha traído grandes afectaciones en los ecosistemas.

La comercialización de iguanas y tortugas hicoteas llega a su tope durante los primeros meses del año, justo antes y durante la celebración de la Semana Santa. Como la tradición católica prohíbe el consumo de carne roja, la población ve en estos reptiles una opción diferente al pollo o al pescado para no caer en pecado.

Y es que en esta época el consumo de pescado se eleva, por eso hay comerciantes osados que sacrifican a estos animales y les quitan la piel, para luego hacer pasar su carne como pescado seco.

Otros animales, como las tortugas morrocoy, las babillas y las águilas cuaresmeras, también están entre las preferencias alimenticias, mientras que aves, mamíferos y anfibios son cazados para tenencia ilegal como mascotas. Lo más grave es que se trata de una práctica en aumento.

Desde Corpamag, en alianza con otras entidades, han realizado campañas de concientización en diferentes regiones del Magdalena y han logrado que hasta ahora 4 municipios (de los 29 que tiene el departamento) les informen cuando se está comercializando este y otros animales. En el último año el Centro de Atención de Fauna Silvestre de Corpamag ha recibido tras ese trabajo 148 hicoteas, de la especie Trachemys callirostris.

Ante el viacrucis silvestre en la Costa Atlántica, el Instituto Humboldt revela los aspectos biodiversos e históricos más importantes de la iguana verde, las tortugas hicotea y morrocoy y la babilla, y hace un llamado a la ciudadanía para que no siga afectando su población con el consumo desmesurado.

“Las tradiciones y el arraigo cultural pueden causar graves impactos en nuestra biodiversidad. Por ejemplo, en Colombia las tortugas hicotea y morrocoy ya están catalogadas como especies vulnerables a la extinción. El llamado es a celebrar las fechas religiosas de una manera armoniosa con nuestros recursos naturales”, precisó Hernando García Martínez, director del Instituto Humboldt.

LA CRUELDAD POSTERIOR A LA CAZA 

En la Semana Santa, la sexta y última semana de la cuaresma, creyentes de la fe católica han desarrollado tradiciones que, más allá de su significado y simbolismo, han terminado afectando a especies de gran relevancia para los ecosistemas del país no solo por los servicios ecositémicos que prestan, sino además por lo emblemático de las mismas.

Las iguanas se aparean a final del año y justo durante la semana mayor están a punto de desovar. Antes de que esto suceda son cazadas para extraerles sus huevos, que se venden especialmente a los viajeros en las carreteras. Tras sacarles los huevos, los cazadores abandonan a las hembras con el vientre abierto o rellenas de piedras.

En el caso de las tortugas, la particularidad de la caza se encuentra en la crueldad de su preparación, pues posterior a su captura son sumergidas en agua hervida para ablandar la poca carne que tienen, les extirpan su caparazón con ceguetas y las cercenan estando vivas. Además, los caparazones de las hicoteas son coleccionados y sus cabezas colgadas en las cocinas como amuletos de buena suerte.

UN LLAMADO PARA EVITAR EL CONSUMO DE CARNE DE MONTE 

Debido al alto consumo de carne de monte de especies como hicoteas, morrocoyos, babillas, iguanas, ponches y armadillos, con el fin de reemplazar la carne roja, que tradicionalmente se consume en esta época, la Corporación Autónoma Regional del Magdalena -Corpamag, invita a la población a evitar comer estos animales teniendo en cuenta su importancia ecológica y el riesgo de adquirir enfermedades zoonóticas.

El consumo de carne de monte puede generar afectaciones a los seres humanos por enfermedades conocidas como la brucelosis y la salmonelosis, esta última transmitida por reptiles como iguanas, hicoteas y morrocoyos. Además, su consumo lleva consigo el maltrato animal, una práctica cruel ya que el cazador utiliza acciones violentas para su captura y venta en restaurantes locales. Un ejemplo de esto son las hicoteas que para su consumo fracturan su pecho y luego son arrojadas vivas en agua caliente. Las hembras son las más cazadas en Semana Santa debido a su tamaño, que al ser mayor que el del macho, produce más carne. Es la especie que más se consume en la costa, pues su hábitat natural son las zonas cenagosas. Para cazarlas, los traficantes incendian la vegetación  y el fuego y humo ocasionan que los reptiles salgan de sus escondites.

Es importante mencionar que el aprovechamiento de las especies silvestres genera una serie de presiones sobre sus poblaciones, poniendo en riesgo su conservación, sumado al hecho de la pérdida de sus hábitats y la degradación de sus ecosistemas. Por ello Corpamag, advierte que quien incurra en esta práctica se expone a procesos sancionatorios acorde a la Ley 1333 de 2009.

“El llamado es a no consumir carne silvestre porque las personas se ven en riesgo de adquirir enfermedades zoonóticas. Deben tener en cuenta que la carne de monte no se vende en los supermercados, ni está aprobada su comercialización, muchas veces es mal manejada y son especies silvestres que acostumbran a estar en espacios naturales conviviendo y teniendo dentro de sus comunidades la presencia de microorganismos y virus” dijo Julieth Prieto, Bióloga marina, Coordinadora de Biodiversidad de Corpamag.

Cabe recordar que las enfermedades zoonóticas son enfermedades que sufren los animales, cuyos agentes patógenos responsables de estas  pueden ser transmitidas en forma directa o indirecta a los humanos y pueden ser provocadas por virus, bacterias, parásitos y hongos.

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