En Estados unidos, los casos de Covid-19 aumentan más cada día. A lo largo del país se han registrado más de 300.000 personas contagiadas, así como más de 8.000 muertes a causa de este virus que surgió en China a finales del año pasado. Las afectaciones han impactado en las ciudades más emblemáticas de la nación como Detroit, en donde el incremento ha sido vertiginoso y ha representado importantes impactos en lo económico.
A inicios de marzo, cerca de 100 personas, entre ellas oficiales de policía, estudiantes de secundaria y residentes, se reunieron en el evento Police & Pancakes al este de la ciudad para discutir los asuntos que debían mejorar en su comunidad; sin embargo, el coronavirus estaba al acecho de los asistentes de aquella reunión.
De acuerdo con el medio local, Detroit Free Press, al menos tres elementos de la policía que estuvieron en esa reunión dieron positivo a la enfermedad. Aunque decenas fueron puestos en cuarentena, ya habían caminado por las calles de la ciudad, rezado en sus iglesias, visitado los restaurantes o simplemente compartido el tiempo con sus familias.
Y es que en la capital de Michigan, el nuevo coronavirus ha cobrado la vida de importantes ciudadanos para la comunidad. Un ejemplo de ello es el representante estatal de 44 años, Isaac Robinson, quien padeció de problemas respiratorios a causa del virus.
Ante este panorama, la postura que NBC News recogió de Luther Keith, director ejecutivo de AIRSE Detroit, una coalición de 400 iglesias y grupos comunitarias, podría resumir el sentir de la ciudad: “Parece una tras otra y están golpeando cerca de casa (…) Parece que todos conocen a alguien que murió por coronavirus”.
Hasta el sábado, de acuerdo con datos el gobierno de Detroit, han muerto 129 personas a causa del nuevo coronavirus, lo cual represente un dato relevante si se le compara con otras grandes ciudades como Los Angeles, donde han fallecido 93 personas, según cifras de Los Angeles Times.
Además de las pérdidas humanas, la sacudida a nivel económico también ha representado un problema de suma relevancia para la población, pues las empresas se han visto en la obligación de cerrar, mientras un gran número de personas se han quedado sin sus empleos para proveer de insumos a sus familias.
Cabe recordar que esta ciudad se declaró en bancarrota en el 2013, debido a una deuda superior a USD 18 mil millones. Durante todo este tiempo y a pesar de la situación adversa, los habitantes se quedaron a residir ahí porque tenían profundos vínculos con su entorno, sus iglesias e incluso sus escuelas, explicó Keith al medio estadounidense.
Así, incluso en ese contexto, la gente decidió permanecer y “continuaron trabajando, criando a sus hijos, educándolos, tratando de mantener sus vecindarios cuando a nadie más le importaba”, narró. Aunque una buena cantidad de negocios logró sobreponerse, la crisis sanitaria actual los ha vuelto a poner a prueba.
Y es que una de las preocupaciones más relevantes para esta ciudad es la población vulnerable, es decir, aquellas personas que no han tenido cambios significativos en lo económico. Incluso antes de esta crisis, un tercio de los habitantes de la ciudad vivían en condiciones de pobreza.
“Gran parte de la comunidad de Detroit no se había recuperado de la última crisis antes de la siguiente”, dijo Jeffery Robinson, director de la escuela primaria Paul Robenson Malcolm X, en donde esta semana se dio el fallecimiento de uno de sus maestros por el coronavirus, el marino de 32 años, Thomas Fields.
Las afectaciones a la población son importantes y el origen del Covid-19 en Detroit ha permanecido desconocido. “Alguien introdujo el virus en esta comunidad desde el principio. Se propagó antes de que supiéramos qué estaba sucediendo”, declaró Mike Duggan, alcalde de la ciudad.
El patógeno se ha colado entre todas las esferas públicas, desde los más pobres hasta los líderes de la urbe, incluidos la presidenta del Consejo de la Ciudad, Brenda Jones, y el jefe de la policía, James Craig.
Al interior del departamento de policía, la tensión y preocupación por contraer el virus son constantes y se incrementaron a partir del hecho de que la primera muerte que se registró en la ciudad por esta causa, el 23 de marzo, fue la de un operador del 911, quien tan sólo tenía 38 años.
Toda la población en EEUU estará cubierta si contrae coronavirus
Mientras esto sucede en Detroit, el secretario de Salud de la nación, Alex Azar, aseguró que las decenas de millones de estadounidenses que no cuentan con un seguro médico estarán cubiertos por el gobierno si se enferman de coronavirus.
En un encuentro con periodistas, el funcionario dijo que la llamada ley CARES, un paquete de estímulo para enfrentar el coronavirus aprobado por el Congreso, incluye USD 100 mil millones para proveedores de atención médica que “tendrán prohibido facturar a los no asegurados el costo de su atención”.
A cambio, los hospitales y profesionales de la salud recibirán el reembolso de las tarifas de Medicare, un programa de seguro estatal para personas mayores.
Azar agregó que las personas que recientemente quedaron desempleadas y, por lo tanto perdieron su seguro, serán elegibles en un periodo de inscripción especial para recibir atención médica bajo el Affordable Care Act, aprobado por el ex presidente Barack Obama.
Las últimas cifras oficiales mostraron que había 27.5 millones de personas sin seguro médico, pero el número actual es probablemente mucho mayor después de que casi 10 millones de personas presentaron solicitudes de desempleo en las últimas dos semanas.
Si bien el seguro estatal, llamado Medicaid, existe para las personas en situación de pobreza, muchas otras cuyos trabajos no ofrecen cobertura no califican, porque sus ingresos están por encima del umbral a pesar de que no pueden permitirse comprar un seguro en el mercado abierto.
Además, en los últimos años se ha agregado numerosas barreras adicionales para calificar para Medicaid y, como resultado, la población sin seguro ha crecido en varios millones después de caer a mínimos históricos justo después de la era Obama.
Debido a este problema, los expertos en salud pública de EEUU han advertido que las personas no aseguradas podrían ser reacias a buscar tratamiento; no obstante, esto supone un segundo problema y es que podrían presentar complicaciones en el tratamiento de su enfermedad, además de contribuir a la propagación del virus.
