Los detalles por los cuales Luis Alfredo González Hernández fue arrestado, el día de hoy, no son usuales para un homicidio.
Los agentes del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) tomaron medidas en su contra por haber asesinado al propietario de una finca en el estado de Miranda (Venezuela) y haber comido partes de su cuerpo.
Además, Hernández habría utilizado la sangre y las cenizas del muerto para pintar en un lienzo, por lo que fue bautizado por las autoridades como el “artista antropófago”. El caso del joven tiene asombrada a gran parte de los habitantes de la ciudad Barlovento (Venezuela), por su cercanía a la finca donde ocurrieron los hechos.
El director del Cicpc, Douglas Rico, anunció, a través de su cuenta de Instagram: “Luego de su aprehensión y mediante interrogatorio (el homicida) admitió su culpabilidad en el hecho, manifestando haberlo descuartizado (al hacendado) y comido gran parte de la humanidad del mismo”.
El funcionario remató: “En el lugar del hecho se ubicaron documentos de personas ajenas al lugar las cuales se están verificando a ver si han sido reportadas como desaparecidas y obras de arte (hechas con osamentas) a las que se les realizarán la antropología forense correspondientes”.
El caso de González recuerda inevitablemente al de Dorangel Vargas, uno de los asesinos en serie más famosos que ha tenido Venezuela en su historia reciente. Durante la década de los 90, Vargas se dedicó a comerse a sus víctimas.
En una de sus declaraciones, de hecho, dijo: “Claro, como gente. Cualquiera puede hacerlo, pero hay que lavarla bien y condimentarla bastante para evitar enfermedades… sólo me como las partes con músculos, particularmente los muslos y las pantorrillas. Con la lengua hago un guiso muy rico y los ojos los utilizo para hacer una sopa nutritiva y saludable”.
Fuente: El Espectador.
