Hamnerson López es un hincha al que le cabe esa palabra entera en su cuerpo. Cada que el trabajo se lo permite, viaja en motocicleta 169 kilómetros de ida y otro tanto de regreso, desde la ciudad de Armenia, donde vive, hasta el estadio del Deportivo Cali, en el corregimiento palmirano de Palmaseca, para alentar a su equipo.
Y en su closet guarda 17 camisetas del conjunto azucarero, pero ninguna tan preciada como la que recibió el sábado pasado.
El 27 de abril, en plena emergencia sanitaria por cuenta de la pandemia del coronavirus, este enfermero de 40 años tuvo una curiosa manifestación de amor por su equipo y, en particular, por el volante argentino Agustín Palavecino.
Cuando recibió el uniforme de dotación de bioseguridad de la empresa donde trabaja —el Grupo EMI, en la capital quindiana—, a Hamnerson se le ocurrió marcarlo en el dorsal con el número 10 y el nombre de Palavecino. Luego se tomó una foto y la publicó en Instagram con este mensaje: “De frente con la crisis y con la 10 puesta”.
La publicación provocó 404 ‘corazones’ como respuesta, esa manera de expresar los seguidores que algo les gusta en dicha red social. Y entre los ‘likes’ estaba nada menos que el del propio Palavecino, que le escribió: “así es, todos juntos”. Pero ahí no paró todo.
Hamnerson, residente con su familia en el barrio El Paraíso, en Armenia, es hincha del Deportivo Cali desde niño, cuando sus padres y tíos lo llevaban al estadio Pascual Guerrero a ver al conjunto azucarero.
“Yo nací en Armenia, pero a los 3 años me llevaron a vivir a Cali. Entonces voy al estadio desde muy chico, y me enamoré del equipo en la época de Redín y Valderrama, cuando el Cali jugaba a un solo toque y cautivaba a todos”, dice Hamnerson.
Pero la vida lo puso de nuevo en la capital quindiana, donde conoció a Yennifer Andrea Rincón, hoy su esposa, y con quien tiene tres hijos, Isabella, Hanna Valeria y Miguel Ángel, entre los 12 y los 6 años.
“Desde que lo conocí es enfermo por el Cali, nos vamos juntos al estadio en moto, cada que el trabajo nos deja, y yo lo acompaño. Esa es su felicidad y yo soy feliz si él lo está”, dice con un amor providencial su esposa, quien también es enfermera.
Hamnerson López trabaja como enfermero en Armenia.
Cuando el community manager y el equipo de mercadeo del Cali vieron esa ‘cercanía’ que hubo entre Hamnerson y Palavecino sin siquiera conocerse —cosas lindas que solo regala el fútbol—, contactaron a Yennifer y tramaron una buena jugada, en la que, por supuesto, fue también cómplice el jugador argentino.
La tarde del sábado pasado, la familia López Rincón estaba toda en casa. Isabella, la hija mayor, le pidió prestado el computador a su padre para jugar. Minutos después, Yennifer le dijo a su esposo que alguien lo quería saludar.
A él le sonó extraño, pero salió del cuarto y ya el portátil estaba acondicionado en la mesa del comedor, con Palavecino en la pantalla. Hamnerson parpadeó varias veces para enterarse de que aquello era real.
“Mirá, amor, es Palavecino”, gritó emocionado el enfermero. “Sí, soy yo”, le respondió sonriente el argentino. Luego del saludo, Palavecino le dijo que le iban a pasar un regalo de su parte. Isabella le entregó una bolsa a su padre. Adentro estaba firmada la camiseta del 10 azucarero. Otro grito de emoción de Hamnerson.
“Entregarle la camiseta mía a Hamnerson fue una manera de agradecerle por todo lo que él y las demás personas del cuerpo médico están haciendo por todos nosotros en esta pandemia”, dijo Palavecino, confinado en su casa, en el sur de Cali, desde que comenzó la emergencia, lejos de su familia, que vive en Buenos Aires.
La imagen de los dos conversando por computador —jugador y enfermero— se hizo pública el miércoles en la noche, cuando el equipo azucarero lanzó por el canal regional Telepacífico la campaña #CaliSolidario, que busca mantener conectados a sus hinchas en época de aislamiento social y en plena parálisis del campeonato, y también despertar su manifestación de solidaridad con los más necesitados.
“No podía creerlo cuando vi la pantalla del computador. Gracias al Cali y a Palavecino por esta linda sorpresa, me han hecho muy feliz, y aprovecho para invitar a todos los hinchas a que nos unamos en esta campaña”, dice Hamnerson.
“En mi trabajo veo diariamente a pacientes positivos por Covid-19 con graves problemas de respiración, y solo con su mirada nos dicen cómo están sufriendo”, enfatiza.
Sabe que, como hincha, su regreso al estadio será demorado, pero es consciente, como enfermero, de que “la vida vale más que el fútbol”.
