Después de completar el programa de terapia, el hombre fue enviado a otro país donde su trabajo no involucraba a menores.
Regresaba a Singapur durante una o dos semanas para visitar a su familia y no tenía más contacto con las víctimas.
En marzo de 2020, el delincuente regresó a Singapur para renovar su visa de misionero, que estaba por vencer. Sin embargo, no pudo regresar al extranjero debido a la pandemia de COVID-19.
A fines de 2020, la historia del delincuente fue puesta en conocimiento de la junta directiva de una escuela a la que estaba vinculado.
El 10 de mayo del año pasado, luego de una investigación interna, el presidente de la junta escolar presentó un informe policial.
La policía inició investigaciones y arrestó al delincuente el 18 de enero de este año. Fue acusado en la corte dos días después.
El jueves, el hombre fue sentenciado a cinco años de prisión por delitos sexuales contra dos adolescentes.
Se había declarado culpable de un cargo de relaciones carnales contra el orden natural y un cargo de cometer un acto indecente con una persona joven. Dos cargos más por delitos similares fueron considerados para la sentencia.
Los delitos tuvieron lugar en algún momento entre enero de 2005 y diciembre de 2007.
Las identidades de las víctimas están protegidas por orden de silencio. El hombre no puede ser nombrado debido a las órdenes de mordaza que prohíben la publicación de su nombre, designación, nombramiento y la escuela a la que estaba vinculado.
El jueves por la mañana, el reverendo Goh dijo que estaba «consternado, conmocionado y avergonzado» por el caso, y agregó que el incidente fue una «llamada de atención para que todos tomemos en serio nuestra vida espiritual».
«Como arzobispo y líder de la comunidad católica de Singapur, me disculpo humildemente en nombre de la Iglesia», dijo en una carta publicada en el sitio web de la Arquidiócesis.
«Mi más sentido pésame a quienes han sufrido a causa de este crimen. Rezo para que encuentren sanación y cierre, y caminemos con ellos como Iglesia a través de este dolor. Que se haga justicia en consecuencia».
