Nicaragua fue el único país que se opuso a la inclusión del conflicto.
A pesar de las promesas de inversión y la firma de varios acuerdos, la guerra en Ucrania ha plagado una cumbre entre la UE y los países de América Latina y el Caribe, que tuvo lugar el lunes y martes.
Un solo país, Nicaragua, no estuvo de acuerdo con la declaración final de la reunión porque incluye una referencia a la guerra en Ucrania. El texto, sin embargo, debido a las distintas sensibilidades a ambos lados del Atlántico, se ha suavizado y no condena la agresión rusa.
Pero el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, dijo que, a pesar de esto, está contento con la declaración final.
«Estamos extremadamente satisfechos de haber podido lograr una posición muy fuerte de 60 países, 60 países alrededor de la mesa de la UE y la CELAC», dijo el belga a los periodistas el martes.
“Y simplemente noté, con mi colega, quien es el copresidente de esta cumbre, (primer ministro de San Vicente y las Granadinas) Ralph Gonsalves, que solo un país no pudo estar de acuerdo debido a un párrafo”.
El otro tema controvertido fue sobre cómo referirse a la histórica trata transatlántica de esclavos.
La solución fue un párrafo que reconoce y lamenta el sufrimiento incalculable infligido a millones de personas pero que no tiene ningún compromiso de reparación.
Pero la cumbre sirvió sobre todo para relanzar los lazos comerciales entre ambas partes.
La Comisión Europea también ha prometido 45 000 millones de euros en proyectos de inversión que cubren áreas como el sector de la energía verde.
Se han firmado varios acuerdos, incluido uno con Chile que establece una asociación sobre materias primas críticas muy necesarias.
Alberto Fernández, presidente de Argentina, elogió el resultado de la cumbre.
«Esta es la primera vez que hemos podido discutir y hablar claro sobre un mecanismo para acabar con el extractivismo en América Latina», dijo durante una conferencia de prensa en Bruselas después de la cumbre.
“Esa idea de que América Latina es solo productora de productos primarios y parece que siempre ha estado impedida de industrializar esa producción primaria. Y esta es la primera vez que podemos hablar de extractivismo sin reproches. Medio en broma, medio en serio, tomó cinco siglos, pero finalmente lo logramos”.
La Unión Europea intenta contrarrestar la creciente influencia de China en la región, ya que el gigante asiático ha conseguido convertirse en el segundo socio comercial de América Latina, por detrás de EE.UU. y por delante de la UE.
