La nueva prohibición de viajar fue anunciada el domingo por la noche por el portavoz talibán Zabihullah Mujahid, quien presentó las restricciones como si tuvieran como objetivo evitar las dificultades de los afganos en el extranjero.
Las evacuaciones organizadas por naciones u organizaciones no gubernamentales han sido prohibidas, mientras que incluso las familias que intentan salir del país por sus propios medios ahora necesitan «una excusa», o serán detenidas por inmigración.
«Tengo que decir claramente que las personas que abandonan el país junto con sus familias y no tienen excusa… les estamos impidiendo», dijo Mujahid en una conferencia de prensa el domingo por la noche.
Las mujeres tampoco podrán volar al extranjero a menos que estén acompañadas por un pariente masculino, lo que refleja restricciones domésticas similares introducidas el año pasado que prohíben viajar solas entre ciudades y pueblos.
«Si ellas (las mujeres) quieren viajar al extranjero, deberían tener un acompañante», dijo Mujahid.
«Este es el orden de la ley islámica de la sharia».
El anuncio se produjo el mismo fin de semana que comenzó la búsqueda de «secuestradores, ladrones y saqueadores» en Kabul y otras ciudades afganas, una llamada «operación de limpieza» separada de las medidas de viaje.
Las nuevas restricciones de viaje alarmarán a decenas de miles de afganos a quienes se les ha prometido asilo en el extranjero después de trabajar con las fuerzas extranjeras lideradas por Estados Unidos u otras organizaciones occidentales durante los 20 años de insurgencia de los talibanes.
Más de 120.000 afganos y con doble nacionalidad fueron evacuados hasta el 31 de agosto, cuando se retiraron las últimas tropas lideradas por Estados Unidos, dos semanas después de que los islamistas de línea dura tomaran Kabul.
Sin embargo, miles con vínculos similares siguen en Afganistán, desesperados por irse y temerosos de que los talibanes los consideren «colaboradores».
La última evacuación oficial por aire fue el 1 de diciembre, aunque la semana pasada se llevaron a cabo convoyes organizados por carretera a Pakistán.
«MALAS CONDICIONES»
Mujahid dijo que la decisión de prohibir las salidas se debió a que los talibanes habían recibido informes de miles de afganos que «vivían en muy malas condiciones» en el extranjero.
«El gobierno tiene la responsabilidad de proteger a la gente, por lo que esto se detendrá hasta que tengamos la seguridad de que sus vidas no correrán peligro», dijo, y agregó que nunca prometieron que las evacuaciones continuaran indefinidamente.
«Inicialmente habíamos dicho que los estadounidenses… podrían llevarse a las personas que les preocuparan… Pero esto no es una promesa continua».
Desde que los talibanes se apoderaron de Kabul en agosto, Afganistán se ha hundido en una crisis económica, empujando incluso a aquellos que no tienen vínculos con el régimen anterior a luchar por una salida.
Miles de personas intentan cruzar diariamente al vecino Irán en busca de trabajo o en un intento por llegar a Europa con la esperanza de asilo.
Estados Unidos ha incautado 7.000 millones de dólares en activos afganos en el extranjero, reservando la mitad para ayuda humanitaria que pasa por alto a los talibanes y la otra mitad para un fondo para compensar a las familias de los que murieron en los ataques del 11 de septiembre de 2001.
